sábado, 27 de diciembre de 2014

El Milagro Navideño.

Me levante muy temprano, bebí un café, hice un intento de ejercicio, trate de apreciar la vida; pero no lo logre, estaba decidido a suicidarme. Crisis mundial, desempleo, alza de precios, malas decisiones políticas; yo sin drogas, sin alcohol y sin alguien a quien amar, abrazar o  besar. Entonces todo estaba claro: hoy sería mi suicidio. No tenía la idea clara de cómo sería, pero tampoco tenía la idea o el motivo por el cual seguir viviendo; no deseaba prolongar la vida.

Di varias vueltas por la casa, el último día de existencia, de mi existencia se prolongaba sin razón. La misma canción repetía una y otra vez[1] ¿Cómo habría de suicidarme? Si no tenía veneno ni pistola; cortarme las venas era trillado y en los intentos anteriores no le había atinado a las venas.  Tal vez tirándome de un puente, caer al viento y al chocar con el pavimento dejar embarrados los restos de mi cuerpo, los restos de mi existencia; ver los rostros de horror al momento de saltar, seguro habría muchos espectadores. Después de caer y morir sabría por fin lo que hay después de la muerte. Sólo me quedaba una duda ¿Tendría que hacer nota póstuma?




Diciembre, linda época para suicidarse, para ser el centro de las pláticas  de las cenas navideñas, podría ser ahora sí el protagonista de todas las cenas y de los periódicos. Le daría un sin-sentido más a la época navideña, sentido que ha ido perdiendo poco a poco ¿Navidad? Que fecha es esa…

Me bañe, me perfume, me puse lo mejor que encontré en el  guardarropa; tenía un encuentro con la muerte, así que debía estar bien presentable para poder estrechar su huesuda mano. Hice una especie de ritual de despedida, camine por todos los rincones de la casa, recordaba momentos, personas, veía momentos pasados. Bebí la última cerveza y fume el último cigarrillo. Salí a eso de las tres de la tarde, el trafico era desquiciante, claro una ciudad mal planeada hace que las calles sean poco suficientes para la gran cantidad de  vehículos que circulan diario. Decidí caminar hacia el puente, quería disfrutar de los últimos instantes, inhalar la vida mundana, llenarme de contaminación, inflamarme de la desquiciada vida antes de partir. 

Subí los 36 escalones que me levantaban del suelo, los conté y observe. Una vez arriba vi las copas de los árboles agitadas por el aire, sentía que me alentaban, que me daban ánimo. Por alguna extraña razón llevaba conmigo el celular, quizá una parte de mi deseaba que sucediera el ya trillado milagro navideño y salvar mi vida. Me pare a la orilla, todo estaba listo, un vistazo al cielo que estaba más azul de lo normal y al momento de dar el paso al vacío para caer… el celular hizo el milagro navideño para detenerme. Me aleje de la orilla para poder contestar: “Hola ¿cómo estas?” Reconocí al instante la voz; hay personas que a veces deseas enterrar en el pasado, quieres olvidarlas y con muchas dificultades parece que lo vas a lograr… de repente aparecen de forma improvista e imprudente para volver a generar daños. “Bien.” Respondí con cierto desdén. “Hacía tiempo que no tenía noticias tuyas, te mande muchos mensajes y no tuviste la delicadeza de responder uno sólo; al menos me hubieras dicho que no te molestara.” Agregue con algo de enojo. Unos segundos de silencio y me respondió: “Pues he estado muy ocupada, no le había puesto crédito al celular, pero he pensado mucho en ti pequeño, vamos a vernos, te parece bien a las cinco en los cines del boulevard.”  No pude negarme, pensé que alguien la había mandado para salvarme de la muerte y darle continuidad a la ilógica existencia, ¿Sería acaso que volvería a creer en la navidad?    



Hacia mucho tiempo que el corazón no latía excitado, un peculiar nerviosismo invadía mi cuerpo, creo que estaba emocionado. No estaba preparado para lo que fuera a suceder o decir, no tenía idea de que hacer; simplemente me deje llevar por las circunstancias. Estaba justo en frente del lugar de la cita, raro pero ella ya estaba ahí, se veía tan hermosa, angelical, ahora deseaba anclarme en su cuerpo y su corazón. Era un ángel de salvación que llegaba a mí para hacerme más placentera la vida, tonta idea y cursi pero lo pensé. Las cosas pasan por alguna razón, destino o distracción, quién sabe. Al momento de suceder esas cosas se hace un abismo en el tiempo y espacio, es como un hueco en la existencia para que suceda, es un momento en el que sientes los ojos del mundo viéndote en lo que todo sucede y tú solamente dejas que todo fluya. Solo bastaron unos cuantos segundos… la vi hermosa, sentía nudos en el cuerpo, di dos pasos para acercarme a ella y abrazarla… en un pequeño instante sin saber por dónde, al voltear me encontraba besando el parabrisas de un rápido de microbús verde, el rostro de los pasajeros mostraba horror, la cara del chofer tenía una risa mezquina, sobre el pavimento deje gotas rojas de mi existencia; sentí el cuerpo desanudado y roto… ella corrió a tratar de ayudarme; esta vez no solo rompía mi corazón, si no gracias a ella ahora tenía roto todo el cuerpo. Por primera vez en toda mi vida la atención de tantas personas estaba en mí; trataba de levantarme para darle las gracias al chofer, pero cada que lo intentaba algo se rompía y me dolía más. Las lágrimas de ella se mezclaron con la sangre y cayeron al suelo, lo curioso era que esa mañana me había levantado decidido a suicidarme… se hizo el milagro navideño.     


    



[1] Por si alguien quiere saber cual era la canción, era la de 200 sábados de fobia. 

martes, 28 de octubre de 2014

Sueños, utopía y alcohol.


Ella me dejo  una  noche, ya un poco tarde, le bese le mejilla queriendo besarla en otro lado, ese beso en la mejilla me supo tan insípido, tan simple, yo deseaba besarle la boca, rozar sus labios, palpar el latido de su cuerpo, deslizarme en su lengua, saborear su saliva, alimentarme de su aliento… beber de su boca, la mejilla era nada mas la ante sala del manjar que su boca era. Regrese a volví a sentir la decadencia en mi, volví a encerrarme en mi mundo solitario y aun quería seguir bebiendo para reemplazar el deseo de besarla…

Sintiendo desolación solamente quería morir como siempre, quería que el alcohol me victimara esta noche, deseaba tener el sabor amargo y por fin darle fin a la soledad muriendo-bebiendo. Quería simplemente quería como tantas cosas que quería y debía conformarme con la resignación. Salir a la calle y sentirme víctima de mi destino, víctima de la indiferencia, una víctima de la mala suerte, sería una  alternativa.


Comencé a beber, no sabía hacer otra cosa que beber, busque cenizas no quemadas y me arme un cigarrillo, comencé a tener la alucinación de su cuerpo de nuevo, era algo que detestaba, pero me daba algo de placer, sentir su piel imaginaria sobre la mía, sentir como ella era la que se entregaba a mi, sentirla para entonces volver a la realidad y lo único que tenia entregado a mi era el licor que no dejaba que yo muriera, pero permitía que me embriagara y odiara mi suerte. Es cuando el pensamiento surge escalando mi mente y jugando con mis deseos: deseo abrir tus piernas y sentir como palpita tu húmeda cavidad deseosa de sentir, mi lengua desea pasear entre los húmedos labios, sentir como el clítoris se hace dócil y permite que la lengua juegue con él, sentir como tus piernas se estremecen y percatarse de cómo tus bellos se erizan al sentir el roce sutil-voraz de mi boca ansiosa de ti… te deseo. Y regreso a la realidad, la soledad se hace grande, abrumadora y mi mano ya no puede complacerme más. Sin aliento, con pocas ideas que escribir y sin ella me siento a terminarme el cigarrillo, un día menos de vida y un día mas de soledad, amarga y profunda… soñar, no me queda nada más que soñar-te.



Cierro los ojos en mis sueños busco tu belleza, intento no abrirlos para que no te escapes, recorro todos los lados hasta que apareces con olores y miradas provocativas; avanzas hacia mi, nada te detiene, juegas con tu andar, me seduces. Vienes vestida completamente de negro, tus zapatillas se cimbran a cada paso, rompemos la distancia con un beso, tu lengua caliente es suave, delicada. Mis manos recorren tu figura, tus manos esta atadas a mi cuello, mis manos descubren la deliciosa figura que escondes debajo de ese vestido negro; vestido que arranco para dejar libre tu silueta, te deshaces del sostén, abro el camino entre tus bragas y la vellosidad del jardín del placer para encontrar el clítoris palpitante-deseoso  de caricias. Abro tus piernas torneadas que adornadas están con las medias para comenzar a degustar del hotel que cuidas celosamente en medio de ellas. El liguero es lo único que impide que estés completamente desnuda. Tu pecho provoca caricias y besos, tu pecho no deja de latir a gran velocidad, las mareas de la sangre se arremolinan debajo de la piel a cada caricia, cada beso acelera la temperatura, atravieso tu abertura carnal y tu suavidad es anfitriona de mi placer, es confortable estar adentro de ti… cada gemido es entonado con singular excitación, la luna se transporta a cada lado de la bóveda celeste, estamos apunto de estallar cuando el sol penetra despertando los parpados… el sueño termina, te vistes y abandonas mi sueños… dormir quiero para soñar contigo y no dejarte ir…    continuo bebiendo sin ganas de vivir, mi mundo utópico se acelera lacerando mi existencia, la perfección de mi imaginación rebasa lo enfermo de mi situación actual, lo mejor es beber y soñarte ya que no puedo tocarte.   



Ella me dejo  una  noche, ya un poco tarde, le bese le mejilla queriendo besarla en otro lado, ese beso en la mejilla me supo tan insípido, tan simple, yo deseaba besarle la boca, rozar sus labios, palpar el latido de su cuerpo, deslizarme en su lengua, saborear su saliva, alimentarme de su aliento… beber de su boca, la mejilla era nada mas la ante sala del manjar que su boca era. Regrese a volví a sentir la decadencia en mi, volví a encerrarme en mi mundo solitario y aun quería seguir bebiendo para reemplazar el deseo de besarla…




viernes, 25 de julio de 2014

Cóctel Fetichista.

Cóctel Fetichista.


Un sorbo más de licor, término de escribir las líneas paralelas que algún pensamiento dictó. Otro sorbo y sigo en la habitación, ella dijo que no tardaría. Me asomo por la ventana, solamente se ve la calle olvidada y vacía. Son las ocho de la noche, la oscuridad ha llegado, la impaciencia comienza poco a poco a brotar, así como una lluvia inesperada de enero… llueve… desespero… llueve… desespero… goteamos.

Doy otro recorrido por la habitación, bebo y me quito la camisa, van a ser las nueve cuando el celular suena: “Ya voy, salí un poco tarde, pero ya voy, no desesperes.”  Esa llamada me calma un poco. Pienso en su ardiente cuerpo y vuelvo a beber, leo las líneas que escribí, rompo el papel. Me parece tan estúpido añorar a alguien que nunca estuvo, creo que esta por demás pensar. Enciendo un cigarrillo, en medio de la nada y la desesperación surge una erección que calmo con mis manos; el olor de su piel es algo irresistible, podría vivir atado a su piel y alimentarme de su sudor. Su cuerpo es muy delicado y ella es muy ardiente. Un sorbo más; nunca le he dicho que la amo, en realidad no sé cual es mi verdadero sentimiento hacia ella, tal vez sea puro sexo lo que me atrae, ella inspira toda la perversión que tengo, ella revive la pasión que pensé que había muerto, creo que eso es lo único… sexo.   




La puerta sigue cerrada, no ha llegado, bebo otro poco, es una magia muy especial el abrir sus piernas, acariciarla es demasiado excitante. Me emociona mucho besarla, acariciarla, desprender sus medias y zapatos; le rezo versos perversos cuando le bajo la falda, me gusta tenerla a mi merced, su sexo me desquicia. A veces quisiera que al terminar el acto me matara. Que me ahogara con su cuerpo, sería una especie de eutanasia sexual, no me interesa la vida fuera de ella.

Son las diez y media; aún no llega, estoy en el mismo motel y la misma habitación, la que hemos utilizado desde hace más de dos meses. Mis ganas se hacen más con el licor, me recuesto y en la cama se percibe su vacío, doy otra vuelta por la habitación, soy mortal. Soy un mortal muy excitado que quiere abrir su blusa y asaltar su pecho, arrebatarle el sostén y lamer su pecho hasta desaparecer sus pezones. Morder su pureza para que comience a sangrar lascivamente. Extraño sus uñas largas que arañan mi pudor. Podría con mi lengua pintarle pecados de colores en su piel, hacer pedazos su moral y besarla hasta asfixiarla.

Quiero hacer de todo con ella, son las once y su ausencia comienza a pesar, trato de dibujar su silueta con el humo del cigarrillo pero es inútil.

Son las doce, sus piernas de seda no se han abierto… no ha llegado, sigue ausente; tan ausente como el deseo de estar sobrio y creer que hay un sentido lógico en esta vida. Fúnebre se ve la habitación sin ella, sorda sin sus gemidos. Sigo bebiendo y desespero más. Deslizaría mis manos por sus muslos para abrirlos y que dejen el paso para mi lengua, hasta llegar a su lado más caliente. Quiero lubricarla con saliva y lujuria; desabrochar cada botón de su castidad con una perversa caricia. Ahuyentar su moralidad con salvajes mordidas.

“Quiero ser tu sutil deseo y tu fatal caricia; quiero ser tu perverso beso y la redención de tu lujuria.”



Escucho sus pasos cruzar por los pasillos del motel, el golpeteo de sus zapatillas me hipnotiza, cruza la puerta, camina hacia mi desabrochándose la blusa, cada botón hace un eco sensual; mete una mano debajo de la blusa. Siento la excitación crecer, se para junto a mi, deslizo mis manos por debajo de su falda, las subo hasta tocar todo aquello que su falda cubre, dejo caer sus bragas que se deslizan sutilmente, son encajes los que ahora están en el suelo, comienzan a surgir pequeños jadeos, levanto la falda al tiempo que me levanto, aproximamos nuestras bocas entre resoplos, el beso nos une, nuestros alientos se hacen una sola exhalación… despierto, estoy aturdido y con un ligero dolor de cabeza. Dos de la mañana ella no ha llegado, el televisor sigue en el canal porno; hay un mensaje en el celular: “Disculpa tuve un contratiempo… no voy a poder llegar.” ¡Maldición¡ un contratiempo, la vida representa un contratiempo; hay pocas cosas que tienen cierto sentido en la vida; una de esas pocas cosas es el sexo y si no se tiene sexo, entonces no hay suficientes razones para seguir viviendo. El frío y la lluvia no cesan, el mundo es tan ordinario y sin sexo es un lugar aburrido… nefasto...podrido.

Despierto, estoy aturdido y con un ligero dolor de cabeza. Dos de la mañana ella no ha llegado, el televisor sigue en el canal porno; hay un mensaje en el celular: “Disculpa tuve un problema, no voy a poder llegar.” El único problema es no haber tenido sexo, que caso tiene seguir despierto esperando la nada. Es absurdo seguir buscando anhelos y pretextos para aferrarse a la vida, pero el sexo es a lo único que me puedo aferrar y sin él, que caso tiene seguir atado a la nada. Solamente queda un camino… la muerte. 

Ningún plan a futuro sirve por que nadie vive en el futuro; simplemente todos hacen un intento por vivir en el presente con pequeñas ilusiones del futuro, que es un poco, pero sólo un poco halagador. Saco un par de medias caladas que compre para que usara esta noche, las huelo como si contuvieran su sexo.  Ato a un extremo a los barrotes de la ventana y el otro a mi cuello, no tiene caso esforzarse por algo cuando llevamos el mismo mortal destino desde que nacemos. Me dejo caer al vacío. Las medias caladas tensan cada uno de sus hilos logrando estrangularme, tengo una última erección que le dedico a ella… seré olvidado como todos los humanos, todos estamos condenados al eterno olvido…





“Quiero una última copa, pero que sea servida por tu pecho, pezón excitado que estremece mi lengua.”

Despierto, estoy aturdido y con un ligero dolor de cabeza. Dos de la mañana ella no ha llegado, el televisor sigue en el canal  porno; hay un mensaje en el celular: “Disculpa no voy a poder llegar, mi esposo regreso temprano a casa, así que me voy a verlo… disculpa.  Te amo.” Ahora entiendo por que no la amo, eso del amor no lo entiendo, es algo incomprensible. Creo que es un sentimiento que se inventa la gente y lo usa como pretexto para buscar a alguien que llene ciertos huecos que hay en su vida; lo único real, es y siempre será es el sexo, el resto son banalidades dignas de personas absurdas en un mundo absurdo.

Vuelvo a despertar, son las siete de la mañana, me visto para ir a formar parte de mi absurda y miserable realidad, voy al trabajo, es un hermoso amanecer, nublado y lluvioso, es una solitaria mañana en la que mis pasos son firmes en los charcos, estoy listo para continuar siendo absurdo. Es un hermoso día gris que tiñe de lluvia a la ciudad, a pesar del clima nadie se detiene en su andar para admirar la belleza, simplemente continúan con su inútil y común rol social. Espero que esta noche ella llegue al hotel, quiero adornar este lindo día con su desnudez.

viernes, 18 de julio de 2014

Como te voy a escribir un poema de amor si no te he abierto las piernas…

Como te voy a escribir un poema de amor si no te he abierto las piernas…


“Pasé caballero”…  entro, tomo asiento, el lugar es fétido, es fétido y yo huelo muy fétido, yo al entrar soy un fétido más. Pido una cerveza, nada tan dulce como una cerveza, espero unos minutos, mi sed no puede esperar tanto y ahí viene un vestido gris con las bebidas, bebo y veo sus piernas blancas, acariciables… otra cerveza, ese vestido me deja ver un buen trozo de sus piernas bien trazadas y acariciables, sus ojos son lindos, pero me interesan más sus piernas. Su vestido es gris, su boca ha de ser un albergue de deliciosos besos, pero sus piernas han de ser amplias una vez abiertas. Es un maldito lugar fétido.



Otra cerveza, lindas piernas, un vestido gris, un fétido lugar… acaso será caro abrir esas piernas… sus ojos me sonríen, sabe que le estoy viendo las piernas, se empina en la mesa de a lado, es como si me enseñara el resto del camino de sus piernas… ¿será acaso una invitación, una pervertida invitación?  Su boca ha de besar bien, pero sus piernas han de flotar bien en el aire. Salgo del lugar, de nuevo estoy al viento y solo; cuanto desearía que me cobrara por abrir sus piernas y de regalo le escribiría un poema en su piel; quiero remar con sus piernas en medio del viento y con el vestido gris haría una vela de mi barca sexual mientras cruzo los mares de su interior. Solo de nuevo, en mi casa me espera mi mano. Únicamente me resta imaginar cómo se desvanece el vestido gris y su cuerpo posa desnuda ante mis caricias… que fétido olor tiene mi habitación, su vestido gris nubla el foco de 60 watts que lejos está de ser sus sonrientes ojos… mi mano no es gris pero es fétida.


jueves, 10 de julio de 2014

Una solitaria mañana frente al espejo.

Una solitaria mañana frente al espejo.

“El corazón galopa a gran velocidad, busca su propia muerte, busca detenerse. La sangre corre veloz por las venas, pretende derrumbar los muros venosos que la contiene y arrojar su viscosa esencia fuera… secarse en el suelo de algún lugar y verse morir.”

El amor hace tiempo se detuvo, se congeló dentro de mi frígido interior, se congeló dentro del purgatorio de la soledad, mi soledad, mí siempre maldita soledad. Pero deseo un tibio beso de sus labios delicados, que no son más que un trazo coqueto en su rostro. Vuelvo a estar frente al espejo, sigo pensando que he cambiado, las mismas navajas pasean por mi barbilla quitándome el tiempo de ella. Recuerdo la dulzura de ella, no me lo puedo sacar, ni siquiera escupiendo la lechilla espesa logro alejarme de su pensamiento y de su nombre mitológico.


Quizá estoy ebrio o tal vez debo aprovechar el momento para rebanar mi garganta; omitir el grito y simplemente ver frente al espejo mi solitaria muerte. Ver mis pupilas perderse en ese punto infinito y es ella la que esta infinitamente encerrada en mis deseos-recuerdos. Hoy no puede, la rutina me gano y las ganas de verla de nuevo no se van, ese pequeño deseo de palparla con mis labios-dedos-corazón sigue latiendo…

Siento que he comenzado a cambiar, es el pensamiento con el que comienzo el día, parado frente al espejo comienzo a rasurarme, quito los despojos de mi joven vejez. Sigo teniendo ganas de rebanar mi garganta y después beber algo de vino. En medio del cuarto de baño alcanzo a escuchar los restos de la música de la noche anterior, recuerdo la dulce compañía que adorno mi solitaria noche, pero se evaporo, ahora son polvo del pasado.



En algún momento me encuentro, aun estoy vivo y el suicidio está un poco lejos, pienso en la piel de mi compañera de la noche anterior, huelo de nuevo su perfume y quisiera que su boca me bese, en vez del beso que me da la botella de vino, quiero sentir su aliento cerca y sin darme cuenta ya me estoy masturbando, pienso en ella, pienso en la abertura que cómo madeja abro con mi boca y poder entrar en su mundo de húmeda-caliente-apasionada y rosada sexualidad. Un último cigarrillo se diluye entre mis dedos; dedos que desean pasarse por sus labios para hundirlos en ella, escuchar la música haciendo coro con sus gemidos, hundir mi lengua en ella,  extraer su jugo… el cigarrillo se consume, mi vida se consume… ella en mi mente consume mis neuronas y mis deseos; pero no consume para nada mi soledad. Aun no he podido terminar de rasurarme, la rutina toca la puerta desea que salga, yo únicamente quiero rebanarme la garganta, pero antes deseo  volver a tenerla entre mis piernas una vez más…galopar con ella-en ella una noche más antes de ir a dar la vuelta al purgatorio…



jueves, 26 de junio de 2014

Bisteces

Enamorado de los bisteces…

Delicados y finos trazos-trozos de mujeres me rodean: vecinas, caminantes, en el paradero, compañeras de trabajo. Mujeres que atraen mi atención; mujeres infieles y destructoras. Olores, maquillajes, perfumes, sonrisas desplegadas atrayendo la mirada lasciva… la mía.


Yo simplemente puedo admirar esos trazos-trozos, pero el resultado es el mismo “mi corazón roto y decepcionado.” Aun que con dulce palabrería cederían ante mí, me ofrecerían su sexo húmedo y delicioso; pero al final me dejarían herido y con deseos de más de ellas. Ahora en estos días de desolación prefiero amar otros trazos-trozos, otros finos cortes. Esos cortes me aman, no dicen nada, son mudos amantes, comparten mi silencio, son lenguas rodeando mi ser, lo exprimen. Algunos aun sangrando manchan mi piel. Ellos no atentan contra mi libertad, no agraden mi soledad.  


En el suelo de la habitación hay cientos, miles de gusanos devorando los bisteces que me han amado, el olor de semen muerto se pudre con la carne. En el suelo yacen pedazos de reces con espermas disecados. No los como y no los tiro no quiero parecer un salvaje amante caníbal.

Algunas veces he llegado a extrañar el calor, la boca, la piel femenina… pero cuando eso sucede voy al refrigerador y saco un suculento trozo de amante para consolar mis deseos. No cabe duda que estoy enamorado de los bisteces; bisteces finamente cortados del aguayon.    


sábado, 21 de junio de 2014

Un dia Poco Comun

Un día poco común.

Olor a hierba quemada, olor a cigarro agonizante, excremento y peregrino exhausto. Muchos olores mezclados en la caída de la tarde. La noche trae un frío letal entre su viento. Estar en medio del frío es como estar en el féretro de un funeral sin personas. Voy caminando, voy con la lujuria cargada entre mis piernas, voy poco sobrio. Después de unos pasos secos, llego al hotel, subo peldaño por peldaño, la palpitación se acelera, la noche debe ser larga.

Llego a la habitación número... no recuerdo. Una gentil mano delgada abre, cruzo la puerta, prendo otro cigarrillo, ignoro el letrero de no fumar, me inserto dentro de la amplia habitación. De la chamarra saco un cuarto de bacardi blanco, el vicio me ha degradado tanto que bebo ahora por cuartitos. Voy al baño orino en el blanco y limpio retrete. Regreso a la mesita donde deje el licor, sirvo dos vasos, ella esta recostada en la cama, solo se cubre con las cobijas, quiere que entre junto a ella, la blanca piel de sus brazos resalta en la tenue luz de la habitación. Parece una luna que eclipsa mis ojos, el deseo brota y voy al baño otra vez.

Regreso y me vuelvo a servir, tengo cierto temor de ella, pero también tengo la excitación de un animal. Deseo abrir esas piernas blancas y deleitarme adentro de ellas. Me quito con trabajo el pantalón, vuelvo a servirme, ella no ha bebido; la veo por el espejo e imagino lo que quiero hacerle, me vuelvo a servir.


Bebe un sorbo corto, me dice que esta demasiado caliente, sus manos las comienza a pasear por su entrepierna, comienza a ponerse húmeda; una erección lenta y torpe surge de mi. Pone música de su celular, se quita las cobijas se empieza a tocar los pezones, yo sigo de pie sirviéndome bacardi, se me hace poco creíble que una musa este calentando mi fría borrachera.

Se me acerca, bebe de mi vaso, me toma del cuello, me besa, su lengua es caliente como el licor, me embrutece aun más. Me vuelve a besar, coloca mis manos en las zonas más calientes de su cuerpo, sus manos me acarician, me siento un poco torpe, pero conservo la erección, de una forma sigilosa me lleva a la cama, me vuelvo dócil, me hace honores con la boca, se desliza por mi pecho…

Suena el despertador del celular, las ocho de la mañana, ella ya se baño y se esta vistiendo; con ropa se ve igual de deliciosa, me observa fijamente, mueve la cabeza… mi cabeza me duele y no recuerdo lo sucedido, creo que hice un buen trabajo, así que le pregunto si le gusto… me lanza una sonrisa sarcástica, burlona tal vez y me dice: “cuando bebas menos, cuando todo tu esté consciente y no te duermas… sabré si me gusta o no…”  me quedo desnudo, erecto y crudo en la habitación del hotel. A la una tengo que entregarla. Ella sale dejando una estela de perfume y decepción. Me levanto a orinar, regreso a la mesita, me sirvo el resto del bacardi, al alzarla noto que ella dejó 200 pesos, dinero que uso para comprar unas cervezas, ahora estoy bien caliente, pero ya tengo cervezas, un cuarto de hotel con agua caliente, un canal porno y mi mano que habrá de hacer los honores de nuevo, como siempre, a la una tengo que entregar la habitación.


Por: Mr. Green.

jueves, 5 de junio de 2014

Abro todas las puertas de mi ser,

Lavo mi alma en cerveza,

Fumo la vida y me extiendo dentro de mi soledad,

Espero por ella, deseo su boca besando mi ser,

Deseo que ella se ate a mi existencia y

Compartamos la noche debajo de la luna azul.

Quiero devorar cometas con ella,

Embriagarnos con la luz de las estrellas,

Drogarnos con nuestra desnudez.

Ahogarnos en nuestras pieles.

Podemos masturbar seres estelares con nuestro acto amoroso.

Quiero fundir mis utopías en su corazón.

Quemar las quimeras con su pecho y nutrir mi palpitar con su sangre.

Quiero vivir en el silencio de sus sueños.



viernes, 30 de mayo de 2014

Ficción en Venus

Ficción de Venus.

La densidad de las nubes es muy espesa; lo que impide el desarrollo de alguna forma de vida inteligente, tal vez solamente se puedan desarrollar algunas especies de bacterias. Reporto la sonda Mercury V, en su exploración por la superficie del planeta Venus. Entonces los científicos de la NASA comenzaron a programar su regreso a la tierra.

Lo que la sonda no reporto, fue que debajo de la superficie del planeta Venus, se había desarrollado una civilización muy desarrollada. Se trataban de unos seres muy similares a los seres humanos, solamente median 10 centímetros de altura, habían logrado establecer una civilización muy avanzada tecnología y socialmente muy superior. Tal vez nadie podría creer que alguna especie viviente podría desarrollarse en un planeta hostil para la vida conocida.

Los diminutos humanoides, arreglaron el artefacto para que un grupo de ellos viajara a la tierra, para analizar las posibilidades de cohabitar nuestro tercer planeta. Esto lo hacían para poder pasar desapercibidos y traspasar la faz de la Tierra sin levantar sospechas.

El viaje de regreso tomo algunos años, por fin lograron aterrizar en Cabo Cañaveral; los diminutos seres abandonaron la nave al entrar en el territorio aéreo, ya que llevaban su propio vehículo espacial. La sonda fue llevada de inmediato al laboratorio, comenzaron  el  análisis de las muestras tomadas, la sorpresa fue el hallazgo de lo que parecía un pequeño casco espacial no humano.

Los seres aterrizaron en la Cd. de México; llegaron a un parque. Ese día hubo una manifestación, el parque tenía basura por todas partes, había algunos perros callejeros husmeando la basura. A los venusinos no les tomo mucho tiempo hacer su análisis, así que mandaron su reporte de inmediato.  

La densidad de la contaminación y el plomo hace que el oxigeno sea casi nulo; hay demasiados deshechos que impiden el desarrollo de vida; algunos seres vivientes son hostiles y existe demasiado ruido de vehículos primitivos que hacen que la comunicación sea cortada. Por lo que hemos considerado que es casi imposible el desarrollo de una sociedad civilizada y avanzada en este planeta, comenzaremos a programar el regreso. El mensaje llego hasta el planeta Venus, pero también había sido interceptado por la NASA y algunos cazadores de OVNIS.


martes, 20 de mayo de 2014

Diarios esquizoides.

Nuestras manos entrelazadas en medio de sus piernas, atadas por la humedad de ser erótico; entre tanto le voy dando caricias provocativas con la otra. Caminamos juntos por el valle de los deseos, fluyendo en el río de las perversiones. Fuimos víctimas de un deseo furtivo que nos cazó.

Son las tres de la mañana, necesito otra aspirina para conciliar el sueño, no se que paso, pero estoy desnudo con una gran erección.  

Nos fundimos en un beso que transmitía demasiado calor al respirarlo. 

Creo que estoy ebrio de nuevo, el Dolor de cabeza es muy intenso, voy a orinar mejor. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Hielos desnudos


Observo los hielos desnudos en el fondo del vaso, los cubro con un poco de ron y soda, están entrelazados, su orgia tiene una cita en mi boca. La música suena entre agudos y graves, sensuales notas que hipnotizan a la ebriedad. El cuerpo desnudo de la sobriedad se va a la otra habitación,  me deja hacer el amor con esta soledad que brota por todas partes.

Las horas fluyen, se derriten al paso del día,  mi borrachera es confortable, me oculta de la rutina, me oculta de los temores. Podría abrir las piernas de la añoranza y violar todos esos recuerdos que embriagan a la tristeza; escurre una lágrima de ron que se cuela a mi interior por la comisura de los labios. Hoy estoy borracho para tolerar al mundo con sus jueces.


Los hielos desnudos danzan en el licor antes de entrar en mi ebriedad. 

martes, 15 de abril de 2014

Tiemblan los falanges, las yemas y las uñas, tal vez sea resaca o sea la falda que tengo frente a mi la que me pone de nervios. Se ve la entrada, el camino voluptuoso que conduce al placer, se ve un túnel que oscurece con la sombra de su falda. Necesito un trago para poder quitar la mirada de sus piernas, la blusa casi transporte y escolar no me atrae tanto como sus extremidades inferiores. Continuo en el temblor, un sudor frío se dibuja en mi frente, se calca en los labios, quisiera decirle algo, quisiera arrancarle la ropa.

No se cuántas cuadras ha avanzado el transporte, no se cuántas veces me eh sentido mojado, al parecer no se incomoda con la mirada, o será que no le interesa.

Abro la mochila, sacó un par de aspirinas y recuesto mi cabeza sobre el vidrio sucio, no quiero seguir torturando mis ganas con sus piernas. Necesito beber.

sábado, 5 de abril de 2014

Erase una vez hace 20 años.



Hace 20 años no había tanta tecnología agobiándonos, el mundo era algo distinto, los jóvenes estaban hastiados y no veían el futuro claro, en México el candidato a la presidencia era asesinado. El mundo no imaginaba los cambios que iban haber. Había motivos para estar y razones para no estar. Existía un músico de ojos azules que lo único que deseaba era dar a conocer su música, no pretendía tener fama, quería estar lejos de los reflectores, pero era algo que no podía controlar.
Hace 20 años los músicos tenían un sentido en lo que hacían y decían, la música era más sincera, los trabajos eran honestos. El rock unía a toda una generación en un solo movimiento, en un solo ritmo, las camisas de franela eran la bandera de esa generación que quería respuestas y cuestionaba el sistema.

 Hace 20 años el grunge estaba en su apogeo, el MTV transmitía vídeos y ponía de moda los famosos Unplugged, las revistas eran valoradas por sus contenidos musicales, era indispensable tenerlas para estar informado acerca del mundo de la farándula. No existían las descargas, lo que le daba más trascendencia a los discos o en su defecto los cassettes piratas, era importante conseguir físico el documento musical para apreciar el arte.

Hace 20 años la vida que teníamos era muy diferente, nostalgia, quizá. Kurt decidió terminar la tensión que le generaba la fama con un disparo, un disparo que término de tajo con el llamado grunge, muchos jóvenes se quedaron a la deriva, sin futuro, sin sonido, se quedaron en el umbral del nuevo siglo.
Los tiempos han cambiado, los jóvenes actuales continúan a la deriva, expuestos, la música parece que pierde sentido, pero el legado musical y el malestar que reflejan las letras del extinto grunge ahí sigue, ahora puedes descargar las canciones, traerlas en un minúsculo reproductor que dista mucho del estorboso walkman o discman, puedes ver los vídeos con subtítulos en el internet, la tecnología te ayuda a entender un poco más las cosas o te ayuda a estar más aislado de una realidad cambiante. Las camisas de franela ahora solo son una prenda de temporada, los pantalones rotos los encuentras en las tiendas de prestigio. Courtney se ha gastado en jeringas la herencia que sin querer dejó Cobain. Sólo queda ese mensaje raro de Paz, Amor y Empatía.

En este año se conmemoran los 20 años del suicidio del cantante de los ojos azules, en este año Nirvana será inducido al salón de la Fama del Rock y el 10 de abril en la ciudad de Seattle será el día oficial de Nirvana. La música continuará sonando siempre y cuando alguien quiera ponerle play en su reproductor, la vida continuará en retroceso y los jóvenes seguirán buscando respuestas en un mundo que no les ofrece ningún futuro alentador, las generaciones unidas por un movimiento cultural tal vez ya no las veremos y únicamente nos queda la nostalgia de aquella época que era un poco más sincera.
No sólo murió Kurt con esa escopeta, murieron todos aquellos que de alguna u otra forma creían en sus letras y en las guitarras rasposas que acompañaban su desgarrada voz. Descanse en Paz, si es que logró encontrar La Paz en el limbo de los músicos. 







martes, 4 de marzo de 2014

Diarios Esquizoides


23/09/10

Te amo de una forma que no es superficial como los humanos normales, siento por ti una gran atracción, puede ser que sea una demencia. No solo quiero abrir tus piernas, no quiero solo tus orgasmos, quiero algo más. Yo no me conformo con un simple e insípido Te amo. Realmente quiero ir más allá, quiero abrirte por completo y devorar tus entrañas, masticar tus huesos, tenerte en mi interior para que no le sonrías a nadie más, devorarte para que nadie te mire de forma morbosa, quiero abrir tus piernas pero para llegar hasta tus entrañas y poseerte por completo.

La alarma me despierta, son las algo de la madrugada, no encuentro las aspirinas, mis sueños quieren vagar en la realidad, necesito una cerveza. 




miércoles, 19 de febrero de 2014

Nada

Solo la nada y el humo de cigarro ha sucedido, la cabeza duele poco, las aspirinas calman las ansias de la sobriedad. 

Pienso en sus piernas y su vientre, pienso en una cerveza fría y pienso en el fin de los días. Quiero estar bajo su falda bebiendo de ella y muriendo entre sus dedos.