martes, 15 de abril de 2014

Tiemblan los falanges, las yemas y las uñas, tal vez sea resaca o sea la falda que tengo frente a mi la que me pone de nervios. Se ve la entrada, el camino voluptuoso que conduce al placer, se ve un túnel que oscurece con la sombra de su falda. Necesito un trago para poder quitar la mirada de sus piernas, la blusa casi transporte y escolar no me atrae tanto como sus extremidades inferiores. Continuo en el temblor, un sudor frío se dibuja en mi frente, se calca en los labios, quisiera decirle algo, quisiera arrancarle la ropa.

No se cuántas cuadras ha avanzado el transporte, no se cuántas veces me eh sentido mojado, al parecer no se incomoda con la mirada, o será que no le interesa.

Abro la mochila, sacó un par de aspirinas y recuesto mi cabeza sobre el vidrio sucio, no quiero seguir torturando mis ganas con sus piernas. Necesito beber.

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