Crónicas Paralelas (Por un Turista Incomodo)

Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)


Vol. 15
Día: Cualquiera.

Esta es una gran ciudad se pavonea presumiendo ser cosmopolita, se coloca así misma como una de las mas grandes y mejores del mundo. Ahora en mi más humilde opinión  digo que es FALSO. 
Los servicios deficientes la dejan desnuda a una realidad que los habitantes no ven, ya que es con lo que viven y han vivido por muchos años. Una pequeña muestra es el servicio de transporte publico; las distancias son largas pueden durar una o dos horas e incluso más. Así que la gente prefiere dormir en su trayect, claro si tienen la fortuna de ir sentados. 
El desorden comienza muchas veces en el Estado de México, muchos transportes te llevan a la Tenochtitlán, pero las unidades son viejas, casi todas están en mal estado y muchos conductores manejan por que... Sepa la chingada, alguien les dio el permiso de hacerlo. Una ves que entras a la ciudad debes usar el Metro o Metrobús. Por que el tráfico es demasiado que simplemente no llegarías a donde pretendes a tiempo. Entras y comienzan los empujones, arrimones, pisotones. Tienes que estar a la defensiva y no perder detalle o simplemente te aplastan. 
A las personas no les importa a dónde vas, a donde bajas, ellos se plantan cual vil maceta de tronco pesado y no se mueven hasta que bajan. Es entonces cuando te empujan o piden permiso de una forma poco cortes. Los valores así como la educación en el subsuelo vale madre, viajas a un mundo donde lo más salvaje del humano brota. No digo cavernícola, por que ellos actuaban de acuerdo a su naturaleza. 
Puede ser que sea barato, pero es muy poco eficiente, cada día causa polémicas por que los gobernantes como en toda la república solo quiere robarse el varo, vivir de los impuestos que cobran  y que el pueblo vaya a chingar a su madre. Ya que, es como funciona la democracia. 
Transportarte para ir a un buen lugar a beber una deliciosa cerveza es un pedo, el regreso es peor aún, te vas a formar en una fila para abordar el pesero, hay quienes se meten y no pasa nada, la costumbre no lo evita; ya que estás abordo tienes que esperar unos minutos u horas hasta que se llene; queda un lugar donde la gente no quiere subir. Carajo quieren ir cómodos paguen un Estrella Roja de lujo con WiFi. Pierdes mucho tiempo, horas de vida y terminas malhumorado. Por eso prefiero tomar unas caguamas del señor de la tienda a tener que perder media vida viajando a esa anti cosmopolita ciudad. Hoy deje importe ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡DIABLOS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!




Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)


Vol. 14
Día: Cualquiera.

Xochimilco!

Siempre he pugnado por qué un Domingo, todos los domingos de resaca debería ser de reposo, de estar recuperándose en la comodidad de la cama, sin ser perturbado; pero siempre o casi siempre, surge una ridícula reunión y hay que ir a explorar más rincones de la ciudad, aun que no se me hace la mejor idea. Esta vez es el turno de Xochimilco, un lugar tal vez clásico dentro de la ciudad, una referencia turística.




Es probable que hace unos diez años fuera algo atractivo o incluso veinte años o quizá en mi condición no me permite apreciar de lleno el lugar. Lo que no puedo negar es lo pintoresco y tradicional, el paseo es algo caro. Digo estar sentado dando vueltas en un canal con poco que ver no vale más de 200 pesos. Pero es la cuota establecida, de lo que si me logro percatar es que al llegar hay botellas tiradas y algunos señores bebiendo, eso ayuda a darle más folklore al lugar.



Una de las cosas interesantes son los invernaderos con sus plantas de temporada, algunos adornos como fuentes de  piedra que igual se venden resultan interesantes y de nuevo algunos otros precios igual resultan excesivos como las canciones de los mariachis que cobran como si se trataran de José Alfredo. Las marimbas son más accesibles, pero no es Veracruz. Lo que si puedes hacer es beber agusto en la tabla flotante, unas cervezas nunca están por demás en cualquier visita a cualquier lugar, pero si fueran gratis estaría mucho, mucho, mucho mejor.

Tal vez sea un punto de atracción turista o si te vas de pinta; pero para un domingo de resaca no es nada recomendable, sentado en la trajinera bebiendo una cerveza y viendo los hilos de agua me dan ganas de orinar, así que los dejo en lo que este paseo llega a su final. Tal vez habría que probar un sábado, igual y cambia la perspectiva





Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)


Vol. 13
Día: Cualquiera.

Entre hipsters y oscuros.

En la antigüedad los movimientos juveniles estaban en favor de algo, eran una especie de amenaza para el sistema establecido. Los movimientos juveniles tenían tal poder y presencia que se volvían movimientos culturales, tal es así que ahora en nuestros días aún sirven de referencia. En estos días turbios surge un movimiento juvenil, chatarra, llamado Hipster, es una simple moda, todo lo que han hecho los chamacos en nuestro días es hacer movimientos que no son más que una manifestación pendeja a favor de nada social y si a favor de las tiendas de ropa, así estos hipsters son un movimiento que nos demuestra lo pendejo que andan los joven hoy en día, pero andan en bici, al menos.



Ahora sí voy a entrar en materia después de mi apunte cultural, estaba llegando a la estación Sevilla del metro de la línea uno o rosa, salí a la superficie como flatulencia buscando flotar en la atmósfera. Subiendo la escalera me tope con unos lugares que bien podrían ser la sede de mi borrachera, pero no, tenía que ir al lugar que se me había puesto como objetivo, El Imperial. Camine un poco, cuando llegue al lugar, un lugar mamón, pero cómodo. Me sente en una silla, busque la que no estuviera rota, cuando se comenzó a infestar de hipsters, estas cucarachas que andan en bici llegaban y formaban círculos a mi alrededor, pedí una chelita, una XX lager, estaban frías, como debe estar una cerveza, pero se calentó cuando me dijeron que eran $50 pesos, se me disloco la quijada de la impresión, me la bebí de un sorbo y salí de ese lugar. Al menos con esos cincuenta pesos deberían reparar las pinches sillas rotas, casi se me encaja un trozo de ella o peor aún, pude haber caído y me hubiera clavado una pata a manera de estaca, siendo la burla de esos pinches hipsters.

Salí, saque mi smartphone, busque en el mapa y vi que sí tomaba el metro bus podía llegar a un de los mitos que tanto me contaba mi buen amigo Iskander, el famoso Dada X. Al menos rodearme de darks no me molestaba, en la actualidad están igual que los hipsters, sólo que de negro y pintados. Comencé la caminata y llegue, al Dada, a la nueva dirección, pero cuenta. Entre, fresón el lugar, pero la chela estaba en 30 pesos, así que me dispuse a beber ahí y ver la corsetería de las vampiras, la cual no hubo... Chale que pinche día. Al menos pude deleitar mis tímpanos con el toquin de Salvador y los Eones, hasta casi las tres de la mañana.




Regrese a las calles, las madrugadas lucen mejor en este lugar, estaba tentado a recostarme en una banca del parque Pushkin, pero el compañero de tour me incito a caminar un poco, hasta que agotado me senté en una banca frente a una terminal del metro bus, una hora sentado hasta que dieron las 5 de la mañana, hora regresa a la circulación el gusano rojo y pude regresar a la comodidad de mi mazmorra. Ahí se las dejo  voy a seguir durmiendo.... Abur. 




Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)


Vol. 12
Día: Cualquiera.


¿Chilango Yo?

Hace algunos días tuve la oportunidad de caminar de noche por la Condesa, gran experiencia, bares, luces y la comodidad con la que mis pies se acoplaban a las banquetas era increíble, me sentía como parte del lugar, era como polvo perteneciente al lugar, concluí que simplemente la condesa me merece.



Posteriormente fui de visita a mi terruño, a la ciudad de los ángeles caídos, sentía la necesidad de salir, estar en mi tierra y encerrado es algo asfixiante; en fin salí y fui a uno de mis lugares predilectos la siempre ebria Cholula. Camine, respire el fresco aire, continúe caminando, pero a diferencia de otras ocasiones, no encontré un bar adecuado para mi sed. Los lugares se me hicieron tediosos, aburridos, no era el lugar que recordaba y tanto he recomendado. Fui a un lugar, lo bueno como siempre la cerveza, estuve un rato, la música horrible me hizo salir del lugar. Por ahí anda un imbécil diciendo que la música del lugar no importa, que lo que importa es la chela, pero yo digo que todo es un complemento en un hermoso círculo vicioso, el licor fluye al ritmo de la música. Fume un cigarrillo y volví a la calle, mis pies no se sentían cómodos en las banquetas. Entré a otro lugar, un poco más ameno, solicite una promoción de frescas cervezas, estaba degustando el primer sorbo, cuando los riffs del surf me llamaron, en la planta alta se presentaban los Snorkels, banda que conozco y que siempre me prende con su música o ese era el efecto que esperaba. Una vez instalado, note que las emociones eran nulas, sus ritmos musicales me resultaron monótonos, por más que hicieron todo lo posible, no lograron hacer que mis patitas se movieran, otra decepción en la noche; así que regrese a la planta baja solo para beber una cerveza y salir. Lo único que compenso la noche fueron unos tacos árabes, unos clásicos tacos de cada visita. Termine mi gira en ese momento, una vez instalado en  casa, volví a buscar el pretexto ideal y volví a caminar por las calles de la Condesa, si definitivamente me siento cómodo, el traje hecho a la medida de mi ebriedad, entré en un bar, fue como sentirme en casa, fue como recibir un: bienvenido hijo, te extrañábamos. La cerveza se acopló a mis labios y calmo mi sed.






No sé porque mi ciudad deja de estar a mi talla, solamente sé que me estoy acoplando más a esta caótica ciudad, tal vez el efecto de la radiación chilanga y las altas dosis de contaminación están surtiendo efecto en mi vicioso ser, no lo sé, pero ahora no me disgusta el metro. Simplemente esta ciudad merece mis nueva sesión de borracheras, o es que me estoy volviendo un chilango sin patria y con mucha sed………                                                                           salud.



Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)


Vol. 11
Día: Cualquiera.

“Cien veces por día tienen la prueba de que todo se hace mecánicamente, que el mundo obedece a leyes fijas e inmutables… las ciudades sólo disponen de una sola jornada que se repite, muy parecida, todas las mañanas.”

Jean Paul Sartre

Las ciudades encierran dentro de sí ciertos aspectos que las hace parecidas, tienen los mismos trazos en sus calles, el pavimento es negro, los semáforos tienen los mismos colores; son solamente unos aspectos comunes de construcción; pero encontramos también: rutinas, caras afligidas, lágrimas transparentes, contaminación, mujeres provocativas, moteles, hombres lascivos, cucarachas y su legal corrupción envuelta en sudores. Puede ser que las ciudades necesiten de todo esto para existir, las personas que llegan se establecen y cumplen el rol que la ciudad les asigna, se adaptan a la misma cuestión, se ven obligados a pertenecer aun que sus costumbres o formas no sean de su agrado, simplemente por estar en otra ciudad, buscando algo que no hay en casa.



Las ciudades te atrapan y secan tu vida, absorben tu energía sin descanso, entras en las espirales laborales solo para complacer al sistema, pero el sistema no funciona para sí mismo, si no para mantener viva a la ciudad y a sus ratas de alcantarilla que son las que disfrutan todos los desechos. Con horarios distintos, trabajamos en los mismos minutos que recorren por los cielos de las urbes, sin detenerse en los semáforos.





 Aunque he de aceptar que recorrer otros lugares es interesante y también existe cierto aprendizaje en sus costumbres que tal vez las distinga un poco una de otra, no obstante siguen siendo lo mismo. Esta ciudad es maníaca parece un gusano ciego que se arrastra a diario sin que le importen sus personas, solo cumple sus horarios, aun así tiene aspectos interesantes y grises. Por otra parte tenemos la ciudad de Tlaxcala que al contrario de este manicomio parece un spa para los borrachos, ya que se puede beber con calma como si estuvieras en un cementerio, desde Apizaco hasta la capital se transmite cierta monotonía apacible. Pero nada como el frío de Pachuca una ciudad que pretende ser urbe pero el frío y la aburrición la hace presa, los pastes puede ser lo único rescatable; por otro lado tenemos a Veracruz, un lugar donde todos los días puede haber una gran fiesta o un carnaval toda la vida. Está contaminada la playa, pero la cerveza frente al mar es lo mejor. Igual Tabasco es un paraíso muy cálido, con buenas cervezas y paisajes curvilíneos muy atractivos, pero sus playas privadas te regresan a la realidad de este país privado. Cuernavaca encierra pueblos pequeños con un clima excelente, muy agradable. Y por supuesto la heroica y angelical Puebla de mis entrañas, una ciudad interesante, lastima de ciertas personas, pero se puede disfrutar en esa ciudad de ángeles de la mejor cerveza del mundo.



Son tan sólo un ejemplo, lo cierto es que hay muchas más ciudades, al final de cuentas con algún toque distinto y colonial siguen siendo lo mismo e incluso comparten los mismos vicios y tienen un lastre en común el “Político.” Y he llegado a descubrir que lo único bueno que tienen todas ellas es su licor, también las mujeres, que hacen que tengan algo de sensualidad todas las ciudades.






















Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)

Vol. 10
Día: Cualquiera.

Arena México.




Alguna vez en aquella lejana y memorable infancia, recuerdo estar viendo el televisor con mi madre; veíamos una película del enmascarado de plata. Luchaba contra un oponente tozudo que se habría de convertir en una bestia salvaje. El narrador mencionaba algo así: pero qué pasa en la Arena México, se ha convertido en un salvaje monstruo ¿podrá el Santo? Obvio el santo pudo con el paquete, o sea, era el más chipotles que el mismo chipotle.

Una vez pasado el tiempo y cuando te conviertes en un habitante más de este enfermo lugar, visitar la arena se vuelve un requisito indispensable, tal vez vital, tan vital como orinar en sus calles. Y pues ahí estaba en viernes bebiendo algunas cerveza en un lugar perdido del centro, bebía y recordé como flashback las funciones de lucha, en mi mente pasaron las imágenes de las tardes sabatinas que veía las funciones desde mi cómodo sofá. Fue entonces que comencé el andar, no debía perder un instante… otra chela y voy. Las luchas por estos rumbos son los viernes, así que tome el metro de la línea 8 o línea verde o como quiera es lo mismo. Al bajar camine un poco por la avenida Dr. Río de la Loza. La sed ya comenzaba a manifestarse, justo llegando a la esquina, volteo a la izquierda y ahí estaba, parada sobre sus cimientos, desde 1956 la figura de concreto con un anuncio iluminado “ARENA MEXICO.”



Todas las películas y funciones de lucha se resumían en este instante, por primera vez estaba a las puertas del escenario imaginario de mi infancia. Esos luchadores de plástico por fin cobrarían vida. La sensación rara, emocionante, tal vez excitante, puede ser que hasta haya eyaculado. Una vez instalado con una cerveza en la mano, ya seco de toda sensación. Observo que el cuadrilátero  no se ve tan grande como en el televisor se apreciaba. Pero ya era parte de la historia, dos horas y unas cervezas bastaron para que ya entrara en la historia de la catedral de la lucha libre; para mi suerte, en la cartelera estaba anunciada Dark Angel. Los dioses de las luchas no querían  decepcionarme. Oh Dark Angel, la luchadora, no la actriz porno.




Este es uno de los gratos mitos, un mito que estremeció algunas fibras. Aun en las paredes están impregnados los ecos de aquellos gritos: “Santo, Santo, Santo.” Por cierto que bien se ve Dark Angel. Me dispongo a seguir bebiendo y desenmascarando algunos mitos de esta gran ciudad que sigue siendo insalubre… SALUD.






Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)

Vol. 09
Día: Cualquiera.


Abordas el metro, pasas de estación en estación, en total son unas 18 estaciones desde el metro constitución. Hasta que llegas a la estación de bellas artes, bajas, sales por los túneles, vuelves a ver el brillo del sol, estas parado en la esquina frente del palacio de bellas artes, se ve imponente el edificio que orgulloso se muestra al visitante. Comienzas el recorrido y Llegas a un callejón donde venden libros, muchos títulos, hay Bukowski, Camus, Helena Poniatoska, etc. Hay muchos libros concentrados ahí, puedes escoger el que gustes.

Caminas unas calles más, entre tintes coloniales y edificios viejos, llegas al corazón del centro histórico; ves la enorme plancha de concreto que carece de arboles o plantas secas, parece una lápida. De hecho es una lapida que pesa sobre los vestigios de lo que fue la gran Tenochtitlán. El enorme cuadro de cemento no es tan atractivo como las edificaciones a su alrededor, como se siente ciudad civilizada se olvido de poner un kiosco y arbolitos, porque no se quieren ver como un bonito y pintoresco pueblo. Bueno en ese lugar han sucedido marchas, plantones, conciertos, pistas de hielo, exposiciones, ferias del libro, un sinfín de cosas, esa enorme plancha desea que un buen día de estos las gotas de mis orines la bañen.  Desde ese punto te puedes dirigir a donde quieras.


Al llegar al centro puedes ver la catedral, es cierto eso de que esta chueca, tiene unas estructuras de acero que la hacen parecer que tiene polio. A un costado de la catedral están los chamanes haciendo limpias. Es una visión espectacular si eres visitante, cuando caminas y te alejas del centro, te topas con edificios más modernos, el tinte colonial va quedando atrás, los edificios rescatados guardan poco de colonial y tradicional. A un costado de la catedral se encuentra el templo mayor, los restos de la gran pirámide erigida por los aztecas, es un recorrido interesante, desde un punto ves la catedral y los restos de la pirámide, ves las estructuras coloniales que forman el centro de una ciudad que fue importante.


En mi opinión deberían tirar la catedral para continuar las excavaciones y descubrir más vestigios aztecas, la catedral solo es un lastre que nos heredaron los conquistadores. Ir a conocer el centro de esta ciudad es una aventura, desde que abordas el sistema de transporte metro, caminas por sus calles algunas con historias, otras no tanto, ves una gran gama de personajes urbanos que hacen que el lugar tenga cierto toque humorístico; así como también vas a encontrar una gran variedad de bares y restaurantes para todos los gustos y géneros. Visitar esta ciudad es como obligado conocer la enorme plancha de concreto y sus alrededores. Mejor voy por una refrescante chela para continuar explorando este inhóspito lugar, abur. 




Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)

Vol. 08
Día: Cualquiera.


"Quizá no haga nada en el mundo que me interese tanto como ese sentimiento de
aventura. Pero viene cuando quiere; y se va tan rápido, que me deja tan agotado."
Sartre-La nausea.

Día de Tianguis. 



Al abordar el estrella roja sabes que dejas muchas cosas atrás, solamente empacas con los recuerdos que te acompañan hasta el último de tus días. Cruzas la línea que divide lo vivido con lo que vas a vivir. Una vez que llegas al nuevo lugar descubres nuevas personas, nuevas aventuras, todo va siendo parte de un algo nuevo con el mismo idioma. Tus viejos amigos cambian por el tiempo y la distancia; tus nuevos amigos no cambian porque ya eran así o cambiaron antes de que tú llegaras.

Otras cosas nuevas son las tradiciones o cosas que siempre han sucedido, pero obvio al ser forastero son una novedad, algunos se aburren por que lo han vivido siempre y pero para el foráneo  es novedoso, algo que hay que vivir, algo que experimentar y contar a las personas de otro lugar. La cerveza no cambia de sabor, las pláticas no cambian de letras, lo único es el entorno, todo huele a nuevo, es como si abrieras el celofán del regalo.

Con el paso del tiempo y en el proceso de adaptación vas descubriendo cosas y lugares que ya estaban, pero no habías descubierto, todo lo descubres en ese proceso de exploración. Una de esas cosas que descubres son los llamados tianguis. En mi ciudad natal, en la angelópolis, se le conocen como sobre ruedas y el único tianguis como tal vendría siendo el de la Piedad o el del inundado San Martin. Aquí hay uno en cada colonia, se pone determinado día, hay cosas nuevas, cosas usadas, piratería, artículos deportivos, juguetes, comida, etc. Puedes encontrar cualquier cosa, incluso puedes encontrar regalos para cumpleaños. Estos tianguis duran casi todo el día, unos abarcan manzanas, otros unas cuantas calles. Entre la variedad de artículos, olores y demas el caminar no se hace tedioso. El puesto que aun servidor le llamo la atención y del cual soy cliente frecuente, son los puestos de “micheladas.” Encuentras la variedad de cervezas preparadas: gomichela, Michelada, cubana, con clamato, con miguelito, de sabores; en fin una amplia variedad de versiones de la Michelada.

Al principio la idea de ir a un tianguis pues no es lo más emocionante, pero la curiosidad te lleva a caminar entre los pasillos, es algo que se hace divertido, es como un centro comercial con más variedad y marginal; en mi ciudad hay muchos centros comerciales, pero esto de los tianguis son más llamativos, entre los destacado encontramos: El de san Juan (domingo) Neza; el de Santa Cruz Meyehualco (martes, viernes y domingo) D.F. el del saldo (miércoles) D.F. el de San Buenaventura (domingo) Ixtatapaluca. El más tradicional de todos el de la Lagunilla, todos los días menos martes. Recorrer los tianguis debería estar incluido en cualquier visita guiada a la ciudad de México o al estado de México; son tan tradicionales que la gente espera los días en que se ponen para hacer la despensa  de su casa en vez de ir al mercado.



He declararme fan de las micheladas, he probado de todas, las cervezas preparadas es otra de las cosas que se pueden encontrar por estos rumbos, hay muchos bares o tiendas que venden cervezas hechas micheladas; es más fácil encontrar este tipo de lugares que farmacias










Crónicas Paralelas de aquí y allá.
                        (Casos y cosas en distintos contextos)                       
Vol. 7.
Día: Cualquiera.
Maldito Lunes.


"Comenzar bien no es poco, pero tampoco es mucho."
Sócrates.


Lunes de resaca, hay que levantarse temprano, por que así lo marca esta labor, porque todo está lejos en este lugar, porque alguien se le ocurrió inventar el mentado lunes; por eso. Un baño exprés, un café cargado y un pesero para llegar hasta la estación del férreo de La Paz.  Aun siento los vestigios de la resaca. Me introduzco en el vagón que me ha de llevar, es un medio lento pero seguro y sin tráfico. Ahí voy y comienza el sonido dub del sistema colectivo metro, “lleve de novedad”, “Para el niño, para la niña”. El detalle es que tengo que escucharlo porque los audífonos del celular  están  descompuestos, condenándome al soundtrack marginal.

Por fin después de muchas horas de viaje, por fin arribo a la estación Pantitlan, esta algo vieja, hay que caminar mucho para llegar a la zona de los andenes, pero por fin abordo el metro de la línea uno, rumbo a la rueda de prensa. Vuelve mi viaje a ser acompañado con el dub del férreo. El vagón se atasca, mucha gente viaja a esa hora, ahí voy sentado, con resaca y aun sigue siendo lunes. 

Otros minutos transcurren y por fin la estación Juanacatlan, donde debo bajar. Salgo y ahí estoy en la colonia Condesa, una de las colonias más fresas que hay en esta demente ciudad. Ahí voy caminando rumbo a Discos Intolerancia, llevo buen paso, por fin llego a una casa que es la sede de la disquera. Me presento para la rueda de prensa. Todo va bien hasta que me llevo la sorpresa de que la rueda de prensa, la pinche rueda de prensa es por internet, desde el sitio web de la banda. Un momento en el que se puede mentar la madre, pero la gente de la disquera me ofrece el poder presenciar desde uno de sus equipos la mentada rueda de prensa. Apunto datos, escucho con atención y me retiro.

Una vez en el camino de regreso, me doy cuenta que los lunes no son sanos y que en esta ciudad son mucho más enfermos, no debí haberme levantado el día de hoy tan temprano, voy rumbo a casa, en el camino he de comprar unas chelas y esperar que el lunes termine. Tal vez duerma en el metro un par de estaciones, abur.





Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)


He encerrado el cielo para tí 
No tengo tierra para mí. 
"Avenida Alcorta" Gustavo Cerati.


Vol. 06


Día: Cualquiera.

Avenida Reforma

Pues como ya saben y como ya les he dicho este lugar es demente, puede llegar a destrozar tus nervios generándote mucho stress. He caminado por sus calles, he visto el desequilibrado tráfico, es una ciudad grande que tal parece no se da abasto con tantos habitantes; lo peor es que siguen llegando más, la plaga está lejos de extinguirse.
En esta ocasión me toco caminar sobre una de sus grandes avenidas, luego de viajar por la línea 1 del metro o línea rosa, hasta llegar a la Estación de Insurgentes; es momento de volver a salir a la luz del sol; ahí estoy envuelto entre edificios, en medio de una glorieta y estaciones del metrobus, de una muchedumbre que corre sin que realmente sea necesario.

Una vez que he terminado de admirar la postal que ofrece la ciudad, camino para ser devorado por las calles, me introduzco en la jungla, avanzo con cierto sigilo unas cuantas cuadras hasta llegar a Reforma; pasando por una plaza muy mamona, parece el Triangulo de las Animas; pero obvio mucho más grande y con mucho más gente y más estilo. El Triangulo es una pequeña galleta salada comparada con esta plaza. Se trata de una avenida majestuosa, llena de comercios, tan larga que parece una buena erección. La cinta de asfalto se extiende por ambos lados, te conduce al Ángel de la Independencia o al monumento a Colón, edificados en una glorieta. Los pasos se van quedando estampados en la banqueta mientras caminas entre edificios y monumentos. También se alquilan bicicletas si quieres recorrerla con algo más de adrenalina; he decido que una bicicleta no es una buena idea, así no podría apreciar el paisaje urbano.
Soy solamente el testigo de un escenario muy grato, para ser una desquiciada ciudad tiene una avenida interesante, que ha logrado captar mi atención. Creo que es la primera calle que camino sin que me enfade. Sobre esa misma esta el Senado de la República, donde se encargan de empinarnos.
Sobre las banquetas hay algunas esculturas y bancas para que admires el paisaje, hay unos sillones de bronce, que semejan la sala de una casa de paredes transparentes, es el momento en el que se me apetece una buena cerveza. Destapar una fría cerveza parado en el camellón para hacer más amena la vista; para observa a todos esos personajes que van y vienen. Igual se me apetece orinar en sus arbolitos para dejar el vestigio de que ahí estuve. Me conformo con unas caladas al cigarro y el humo se eleva para observar desde arriba el panorama. La mezcla verde de los arboles contrasta muy bien con el pavimento y el concreto; es un muy buen mural, donde las personas son pinceladas imperfectas que adornan este mural citadino.
Hasta aquí dejo esta entrega, espero escribirles el pronto, mientras tengan unos días placenteros, mejor que los que yo tengo. Abur.


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Vol. 05
Día: Cualquiera.

En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.
Enviar frase
El lado B del CMF.

Aquí voy en un camión rumbo a la terminal de Taxqueña, me dirijo al estadio Azteca. No a un partido de fútbol; me dirijo a un concierto. Llego a la estación del tren ligero que te lleva al estadio y esta hasta la madre. No me explico de donde salieron tantos marginales, que adornan de forma grotesca la vista. 

Decido mejor abordar un taxi, ahí voy en calzada de Tlalpan, hay mucho tráfico, clásico de una urbe que ha crecido sin control. Llego a la explanada y parece que alguien saco a las cucarachas de la cañería, está infestado de estas cucarachas citadinas, olor a cigarro, mota, eructos y caca de caballo. Entrar al concierto es algo difícil, pero por fin pasado algunos minutos logro penetrar. El primer pie que pongo en las afueras del estadio Azteca se ve embarrado de excremento.  


El cartel es muy interesante, bandas ya con sus años que logran prender la nostalgia con sus riffs. Muevo la cabeza emocionado, una cerveza acompaña el momento. Me doy cuenta que la música suena joven, el tiempo no pasa por ella, no tiene arrugas o achaques. Los que tienen fecha de caducidad son los protagonistas, los creadores y receptores. La música flota coqueta y es eterna. Le ebriedad comienza a dar su efecto sublime. 


Sube el Panteón Rococó al escenario y suenan tan mal como la primera vez que los escuche. No se nota una madurez musical. Cada vez que los escucho siento una patada en las bolas. Malos músicos y pregonan lo que no son. Lo peor es que una bola de fresas canta las canciones con letras adornadas de rebeldía, pero que en fondo no dicen nada y les dan un chingo de regalías. 

  Ya para el final sube molotov a terminar la noche, espero escuchar buenas rolas y solamente escucho el mismo track list que viene en su disco de: "De Rusia con amor." Eso es decepcionante. Emprendo la odisea de regreso a casa. Todo en el D. F. Esta lejos. Así que comienza la caminata. En los primeros pasos una idea brota al mismo tiempo que un eructo de chela. "me debería quedar en un hotel." Genial, así que voy al primero cerca del estadio y no hay habitaciones. Chale. Bueno entiendo, si una bola de 10 inútiles no hubiera entrado antes que yo tal vez habría una habitación. Vuelvo a para la calle y veo como las cucarachas citadinas vuelven a sus cloacas, chocan con todo y se hospedan en todos los hoteles. Llego al segundo y pasa exactamente lo mismo. Trato de no desesperarme. Camino otros muchos metros, hay muchos oxxo, mucho más que hoteles, no se ve otro cerca, en la madrugada caminando por esta ciudad no esta tan mal.
 Lo bueno de los oxxo es que puedo recargar municiones para evitar la sobriedad.


Por fin se vislumbra otro hotel y no hay habitaciones, no lo puedo creer, es como para agarrar a golpes a alguien. Continúo, la desesperación comienza a salir, al mismo tiempo que el cansancio. Comienzan a salir de los parques oscuros las quimeras en busca de dinero y pasión. Me siento un par de minutos. Le hago una parada a un taxi y me quiere cobrar como si fuera un estrella roja. 


Camino otros 50 pasos y me rindo, le hago la parada a otro taxi. Ahí voy en busca de un hotel. Se ve uno, no muy lejos; a las 7 tengo que entregar la habitación, es un aberración, son las 3 A. M. y quieren la habitación a las 7 A. M. pero no importa con tal de descansar un poco. El sol sale, es acompañado con unas gotas de lluvia. Regreso a la calle, de nuevo caminar, domingo y hay cucarachas citadinas llenando los huecos. Qué clase de vida. Bueno ahora si directo a casa necesito unas cervezas y quitarme la contaminación de la piel. Lejos de ser un paraíso esta ciudad es un cementerio de Ángeles caídos. Salud.



Crónicas Paralelas de aquí y allá.

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Vol. 04
Día: Cualquiera.

Un mito es una construcción idealizada, a partir de un hecho real, que se ha construido en una sociedad.
Paco Ignacio Taibo II

Mitos.

Esta ciudad es tan grande como algunos de los mitos que la rodean, hay grandes avenidas y grandes mitos; pero en mi punto de vista está lejos de ser lo que muchas veces se cuenta. Los nativos de aquí te cuentan muchas cosas maravillosas, te hablan de un mundo que no existe, claro  los lugares de donde provenimos son siempre mejores que el que visitas; pero esta ciudad me ha mostrado poco de lo que se supone tiene.  Muchas personas se trasladan hasta este lugar en busca de oportunidades, tratan de encontrar algo que tal vez ya no hay o nunca existió.

Ya que te encuentras aquí parado en sus cuarteadas banquetas, ves el otro lado de la moneda, las oportunidades son escasas para la mayoría. Pues bueno una vez instalado y después de haber bebido en sus bares esperaba alguna oportunidad para poder mostrarme en este mórbido lugar. Así que  estaba en espera con una cerveza en la mano hasta que surgió una convocatoria, no lo dude y decidí participar. La sede de la convocatoria era mi entrañable ciudad de Puebla y esta psicótica ciudad. Así comprobé uno de los tantos mitos que hay aquí.


Tome la decisión de participar en este lado del país, entregue mi material en una calle del centro, debo admitir que estaba emocionado por participar, el material entregado iba a ser exhibido en un lugar cerca del zócalo, pensé que era un gran escaparate donde iba a estar, el mundo iba a ver mi obra, podría de ahí surgir algo, por fin lograba penetrar las entrañas del imponente monstro que representa  este lugar. Una de las cosas interesantes fue el recorrido por algunas calles del centro.


Con ansias espere el día de la inauguración, los nervios eran enormes, anduve en metro hasta la calle de Regina, tenía unas expectativas muy altas y al llegar al lugar me di cuenta que todo lo imaginado y contado,  no cumplía con lo que esperaba. Todo  fue de un caos a otro sin que nadie lo detuviera, lo único bueno a lo que pude acceder fue una cerveza llamada Patricia Porter; digo una cerveza con nombre de mujer no podría estar mal. Fue tal vez lo único rescatable de ese momento. Salí muy decepcionado, esperaba más y ahí me di cuenta que la ciudad de las oportunidades es solamente un mito. De ahí me aborde una vez en el gusano que se arrastra por el subsuelo; es raro abordarlo en la noche. Llegue un lugar llamado “el Real Under”  un lugar que no es la gran cosa, pero es ameno, un poco caro, pero pudo consolar mi enorme decepción,  bebí unas cervezas espere el amanecer para abordar el gusano de regreso a casa. Este lugar es grande, con grandes avenidas pero de la misma forma tiene grandes mitos que he de revelar poco a poco, salud.





Crónicas Paralelas de aquí y allá.
(Casos y cosas en distintos contextos)

Vol. 03
Día: Cualquiera.

Y si quieren saber
De mi pasado,
Es preciso decir otra mentira,
Les diré que llegué
De un mundo raro,
Que no sé del dolor,
Que triunfé en el amor
Y que nunca he llorado
(José Alfredo Jiménez)



Cuando abordas el autobús y te diriges a otra ciudad, tu punto de origen se vuelve un mundo lejano y extraño a la vez. El lugar donde has vivido tantas y muchas cosas, las guardas en las maletas del recuerdos, lo llevas de aquí para allá, los evocas como fragmentos de tu mundo raro, por así llamarlo; pero para las nuevas personas con las que convives es solamente un lejano mundo raro.


Llegas a determinado lugar y comienzas a darte cuenta que la forma de hablar es distinta, lo entiendes por que el idioma es igual, pero la forma de usar el lenguaje es distinta. Tal vez es lo primero que notas; luego te percatas de las costumbres, la comida y ciertos hábitos. Todos esos detalles son para ti raros, pero para el grupo de personas con el cual ahora te desarrollas es de los más común, con el paso del tiempo te adaptas, pero no dejará de ser nuevo para ti.

Solamente se trata de un cambio de ciudad dentro de un mismo país, que se rige con la misma moneda, la misma democracia y el mismo idioma, pero cada ciudad encierra dentro de sí un mundo raro para los que llegan de otro lugar.

El lugar de dónde vienes no se detiene, crece, cambia de gobernante, hay nuevos bares, algunos viejos bares cierran y cuando vas de visita a esa ciudad donde creciste te ve como un turista, te vuelves extraño dentro de tu mundo raro. Tu origen resulta que se torna desconocido; sientes las calles como si fuera  la primera vez que andas en ellas, la gente cambia. Hay rostros nuevos, sales y todos son desconocidos, antes al menos uno te saludaba, ahora nadie te voltea a ver.

Sentado en un bar, bebiendo una deliciosa cerveza, caes en la cuenta que el único raro terminas siendo tu, donde sea que te pares el raro eres tú, al ver esa situación pides otra jarra de cerveza. No queda otra opción más sana que la de embriagarse hasta perder la razón.


Hay cosas que para tu punto de vista salen de lo normal o lo ves como una maldita aberración, tal es el caso de los esquites con patas de pollo, eso no lo consideras normal, pero la gente que cohabita contigo lo ve tan normal y se chingan dos vasos. Las ciudades no son raras, diría que son novedosas, sus construcciones, sus parajes, sus museos, etc. Hay otras cosas que son una especie de tendencia en todas las ciudades, hay: oxxo, cinepolis, walmart, taxis y las mismas marcas de carros, el pavimento es negro. Lo que hace distinto cada lugar son las personas, ellos con sus extravagantes costumbres hacen de los lugares normales “raros”.


El único problema es el ¿Por qué me siento raro aquí y allá, si la cerveza me sabe igual?





Crónicas Paralelas de aquí y allá.
                    (Casos y cosas en distintos contextos)                      

Vol. 02

Día: Cualquiera.                                           

     "Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos."

 Aproximadamente el estrella tardó un par de horas y de repente ahí estaba, parado en la imponente ciudad. El Distrito Federal, caminé un poco, baje al subsuelo y abordé el servicio de transporte, Metro. Viajar a través del metro, es como ir en los mojones por los intestinos de un gigante estreñido, tiene el mismo olor al menos. Pasa de una estación a otra, pasas túneles, hay cientos de rostros de personas resignadas, hasta que bajas en donde corresponde, caminas y sales como topo deslumbrado por la luz del sol, el sonido de los carros te envuelve y la ciudad presume su grandeza, grandeza que se opaca con al aspecto sucio que tiene.



Sales del metro para abordar el metrobus; que es como ir un gusano que se arrastra sobre la piel reseca de un muerto con gracia. Por fin llegó a mi destino de esta ocasión; desde afuera se ve enorme y por dentro es más grande, se trata de Plaza Tezontle, un centro comercial enorme,  solamente es uno de tantos, hace que plaza angelópolis sea un tianguis para la chusma a su lado. Doy vueltas y vueltas, encuentras de todo aquí, por un momento parece que no tiene sentido una plaza donde hay de todo e incluso una tienda de editorial Porrúa. Tantas personas y observo traseros limpios, es otro mundo pero con las mismas necesidades.

Tanto caminar me ha dado sed, así que me dirijo al Sanborns, no hago ninguna parada en  camino, me voy directo al bar,  me deslumbro con la cantidad de botellas. “¿Qué se le ofrece caballero?”  Pues beber, se me ofrece beber, solamente quiero beber. Estoy sentado en el bar, por primera vez en mi pesada existencia estoy en el sangrons bebiendo, en Puebla no lo hice por lo elitista que suele ser una visita a una tienda así, de hacho aquí hay muchas cosas que son de lo más normal y que en mi querida puebla solamente son pura ‘pose’. Sentarse a disfrutar unos tragos sin que nadie te juzgue por el lugar donde lo estás haciendo es demasiado sano.


Lo importante siempre es viajar, conocer y estar ahí siendo experiencia, forjando historia y labrando nuevos recuerdos. Beber es beber, pero hacerlo en un lugar nuevo sabe más rico, aun que es cierto no hay nada mejor que el hogar. “¿algo más caballero?” Claro tráeme otra ronda; la nostalgia sigue latente, las calles son interminables, hay lugares en esta ciudad gris que tienen colores. Mi reflejo se ríe, el sangrons es un lugar cómodo y sabe bien el licor. El D.F. ha comenzado a ser un testigo de mis nuevas andanzas, buscaré otro bar, otro lugar y un nuevo recuerdo para comentarles. Salud.       




Crónicas Paralelas de aquí y allá.
                     (Casos y cosas en distintos contextos)                       
Vol. 01

Día: Cualquiera.


Un vodka tonic.

“… Acaso porque la ciudad se había acostumbrado a él poco a poco, nadie podía decir de dónde venía ni por qué estaba allí… parecía ser amigo de todos los placeres normales, sin ser esclavo de ellos…”

“La Peste; Albert Camus.”.


Un sábado cualquiera de cualquier año, en el caso de estar en la angelópolis, sería algo normal la situación, saldría con algunos camaradas, iríamos al botanero y ver el futbol, así continuar hasta perder la memoria en el alcohol sabatino. Pero despierto lejos de la ciudad de los Ángeles. Un estrella roja y 86 pesos me ha traído hasta aquí.

Sábado, un día siempre adecuado para beber y olvidarse del trajín de la semana. La jornada laboral se prolonga más de lo deseado, el tiempo pasa lento, hasta que por fin llega a su final el tedio del trabajo, tal vez el tiempo en esta ciudad corra al revés. Sabadito de futbol, los pumas visitan al equipo de mis amores, he seleccionado el lugar adecuado como para beber-viendo el partido.

Siempre se tiene la necesidad de encontrar alguna especie de refugio, un lugar donde ocultarse por unas horas o por unos días y poder beber; es una necesidad para poder sentirse cómodo. Sin embargo no he encontrado algún lugar que sea  mejor que casa. Aquí hay unos lugares que no son precisamente botaneros, pero tampoco llegan a ser table dance; pero son expendios de lujuria y alcohol; te atienden  chicas en minifalda o pantalones ajustados; algunas atractivas, otras no tanto y otras cero atractivas. El lugar se abre desde las diez de la mañana, cordial. Llego y analizo las mesas, escojo una cerca de la pantalla para no perder detalle.

La sed no se hizo esperar, la primera ronda constaba de una cubeta de 6 cervezas, sin problemas fluyeron las seis con el primer tiempo. Para el segundo tiempo solicite otra cubeta de XX Lager y ya había dos mesas más ocupadas, la chica de la piernas largas iba y venía, pero mí atención estaba completa en el partido de futbol. Continúe sin cacahuates, sin poder gritar o comentar las incidencias del juego, ya que creo que en un lugar extraño y sin fuero, es mejor mantener el perfil bajo. El partido concluye con un empate, el sábado aun vive; la sobriedad se tambalea.


Después de orinar, regreso me tomo las 2 últimas botellas de cerveza, otro cigarrillo, llamo a la chica piernas largas, necesito algo más, solicito un vodka tonic. En varios lugares he pedido un vodka tonic, nunca nadie me había cuestionado, pero la primera vez tenía que ser en este lugar; cualquiera pensaría que esto aquí no pasaría. La chica me pregunta “¿con que jugo el vodka?” Me sorprendo un poco, la chela se asienta, solamente respondo: “vodka tonic, sólo así dile al de la barra.” Minutos después la piernas llegan contoneándose, con un vaso cargado de vodka, listo para beber, el lugar ya se está llenando, solicito otro vaso, que llega ahora sin cuestionamientos, no recuerdo bien como termino el sabadito,  recuerdo que desperté en casa y lejos de Puebla.

Voy a continuar explorando lugares en esta ciudad que parece que no ha notado que estoy aquí, al menos mi firma ya la tienen sus banquetas. La nostalgia por la distancia es la misma.
Vodka tonic:



En un vaso con hielos vierta vodka, luego agregue agua mineral o quina, unas gotas de limón, adorne con una rodaja del mismo limón y disfrute su bebida.    




Crónicas Paralelas de aquí y allá.

(Casos y cosas en distintos contextos)                       
Vol. 00
Día: Cualquiera.

¿Y la chela apá?

Soñé que vivía en un lugar sin domicilio
Perdido y solo andaba yo
La gente me miraba sin verme en el espacio
Y pasaban de largo con los ojos de piedra.
Allen Gingsberg.

¿Cómo llegué hasta aquí? Solamente aborde un estrella roja y lo único que vi fueron cerros detrás de los cerros; de esa forma llegue a este lugar. Una de las primeras cosas que hice fue beber un chela, en el momento en el que la espuma burbujeante pasaba por la garganta me di cuenta que la chela tiene el mismo sabor y la misma espuma, pero en diferente botella y en ciudades diferentes.

Algunos días después de haber bebido varias chelas, me di cuenta claramente de lo paralelo de la existencia; las cosas son parecidas, es decir, el café sabe igual, el idioma es el mismo, las mentadas calan igual. Hasta los cigarrillos se terminan igual. Lo que no es igual aquí y supongo que en ninguna parte son la memelas banderas con quesillo y chicharrón que preparan las bartolas. Me pude percatar de que en cualquier parte del país y tal vez del mundo las cosas se suceden similares a las que vivimos, pero en distintos contextos, gracias a la rutina y cotidiano de nuestra existencia no nos damos cuenta de esta situación. Se habla de la misma política y apesta igual, los desechos fecales apestan igual y necesitas dinero para beber una chela. Necesite un estrella roja para darme cuenta de esto. Qué cosas…

Unas vez instalado y después de la reflexión tuve que comenzar el proceso de adaptación en una nueva cultura. Hay cosas que aprender, a pesar de que hay cosas que saben igual, hay otra que son nuevas, como la tortas (sin albur) en estos lados se les llama bolillos o teleras, el termino torta lo usan solamente para las tortas compuestas, pero no tiene la clásica forma que conocí de niño, esa forma peculiar que es similar a la parte posterior de las mujeres y que aquí  como en cualquier lugar los hombres volteamos a ver. Por ese detalle de la forma no podría decirle a una chica que buena tortita, simplemente por la forma, sin embargo le puedes decir bizcocho ya que ese término no cambia. Poco a poco surgen detalles a los que te tienes que adaptarte para ir encajando en una nueva sociedad, que no es tan nueva, igual existen caciques y oprimidos, pero eso ya viene adherido a las formas sociales.

Hay cosas y caso que cambian por lo distinto del escenario, where is my mind suena igual, es una de mis canciones favoritas, pero en este nuevo contexto me suena algo diferente, creo que Black Francis me dice por momentos where is your mind. Uno de mis libros favoritos, el que leí varias veces ahora siento que es distinto, pero lleva el mismo orden en cada letra, tal vez se ha desgastado por el tiempo y sigue diciendo exactamente lo mismo desde que lo compre en profética.  Tu libro favorito o canción o película no cambia, en su esencia y forma no cambian; lo que cambia es el individuo que nunca se encuentra en la misma situación y es el que recibe el mensaje. Puedo caminar tres calles y ser un extraño para las personas, mientras en mi ciudad eran tres calles y era un extraño conocido. El pavimento es igual pero en dirección opuesta, las calles son paralelas como la vida de aquí y allá, la chela es la misma en este bar pero siempre me va a gustar mucho más la del comisario, la añoranza cala más que el frío, pero estoy aquí y desde este lugar relatare la crónicas de cómo son mis días lejos de la angelópolis. La vida en su esencia es la misma simplemente van cambiando las formas y el contexto.

Y la chela, la chela me sigue gustando aquí, allá y en cualquier lugar. La cuenta por favor.

With your feet in the air and your head on the ground
Try this trick and spin it, yeah
Your head will collapse
But there's nothing in it
And you'll ask yourself
Where is my mind



Por: Mr. Green 

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