Diarios Esquizoides.
Una cerveza y dos aspirinas.
Despierto con la lengua atada a la
almohada, hoy tendría que ir directo a la barra de un bar, beber y navegar en
las olas del licor, ser tenue en la luces del bar, tener sexo con la camarera y
continuar pintando la noche con la tinta de la cerveza. Volvería a casa para
caer en un sueño profundo, un sueño que la rutina no perturbe.
Despierto y quiero volver a renunciar, pero la rutina no se puede postergar. Estoy lejos de poder alocarme, tomo un par de aspirinas y un pesero, voy al trabajo sin estar convencido, soy rutina… los labios carnosos de esa chica humean sexo mientras sonríe, un buen trago de cerveza me ayudaría.
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