Rose…
Desde
los más profundos y sutiles deseos, dedicado a Rose esperando que sea de su
agrado este atrevimiento emocional e imaginativo que le presento a
continuación… el sexo es algo tan hermoso y apreciado que si se practicara
seguido el stress seria cosa del pasado… con cariño y…¿?
La
noche se torna demasiado fría, la existencia una vez más se sucede y no se
detiene. Los deseos están por salir escupidos en esa leche que sangra mi falo.
La pienso y saboreo en la imaginativa, termino, me bebo el resto de la botella
hasta quedar desnudo, dormido y solitario en mi habitación, solitario en mi
existencia. Eterno-dormido-solitario-con restos de espermas en la boquilla del
falo.
Despierto,
la resaca esta agitando mi cabeza y ella una vez más altera mis pocos sentidos.
Decido ir a visitarla, sus vacaciones han terminado, se encuentra sola, me
recibe de buen modo. Platicamos de cualquier tema, de cualquier juego de
palabras. Comenzamos una charla del divino marques, mis ojos no se separan de
su pecho, de su gran-grande-delicioso pecho bien escotado; lo quiero palpar. Me
regala una fotografía, dice que es lo único que puedo poseer de ella, siendo
que en la imaginación ya la tuve de mil formas, en mil formas. Ella cree en la
fidelidad, yo creo solamente en el sexo, en su sexo, eso es lo que quiero
probar. Salgo de su casa decepcionado. Tengo ganas de follar, me pierdo en un
bar por unas horas.
Emigro
del bar, voy cerca de la 4 poniente, veo una mujer vestida de forma vulgar y
lista para follar, le pago, me encamina hacia un agujero de decadencia que
tiene un rollo de papel, un pequeño y viejo buró, un cesto de basura roto, un
colchón rellenado. Ella se acuesta abriendo su sexo, me siento vulgar, la
penetro, su piel no es suave, su pecho esta muy flácido, esta muy jugado por
manos torpes, su clítoris ha perdido sensibilidad, finjo, pretendo cogérmela,
le digo que mejor su boca termine el trabajo por cincuenta pesos más, su boca
está más caliente que su sexo, y es más confortable… me pide que cierre al
salir, me siento decadente y regreso al bar… morir seria lo menos decadente
hoy.
Vuelvo
al siguiente día a la casa de Rose, los escotes que utiliza parecen
invitaciones, le rozo el pecho con la mirada únicamente, prendo un cigarrillo,
hablamos de nuevo palabras ya utilizadas, palabras que se pierden en el
espacio, yo quiero lo que ella tiene y oculta; su boca se ve
interesante-intensa, debe besar bien, sus besos deben ser deliciosos, deben
hacer buenas mamadas, debe decir suaves gemidos. Al salir me despido de beso de
ella, accidentalmente le toco su seno izquierdo, se siente amplio y caliente,
ella se sonroja, me pide que no la vuelva a tocar, me pide que me marche. Ahora
quiero más de ella… todo de ella. Más… más… más… ella es más… ella es una isla
en mi existencia… ella es más…
Han
pasado varios días, no he visto a Rose, ardo en deseos por estar con ella-en
ella. Salgo por unas cervezas, es necesario beber para apagar el fuego que en
mi sucede y consume mi piel, mis manos, mis ideas, mis labios. Únicamente con
ella lo puedo sofocar.
La
existencia siegue funcionando, es otro día, pero no puedo distinguir cual de todos es. Rose por
fin llama, me invita a comer, ya la extrañaba. Caminamos unas calles, nuestras
manos accidental mente se rozan. Entramos a su casa, me invita una cerveza, continuamos una plática común.
No aguanto más… le digo que me regale un beso y una caricia, que me deje ver su
pecho, que me deje sentir la piel que hay debajo de su ropa. Ella duda un poco,
dice que no. Le respondo que la fidelidad es un estado mental, que hoy no me
deje ir con la ganas de un beso y una caricia… no quiere ceder, un momento de
debilidad, compasión o algo la hace aceptar. Se me acerca lentamente, su olor
es afrodisíaco, sus labios suaves, su lengua es blanda y caliente, comienza a
superar a la imaginación. La tomo, deslizo mis manos por su espalda, siento su
pecho pegado al mío, su escote esta debajo de mis ojos, su mano me toma la
nuca, el beso se alarga y se encienden chispas. Atraigo mis manos hacia su
pecho, lo aprieto, le busco los pezones, le despojo el suéter, le beso el
cuello, los hombros; tiene un delicioso sabor; no me puedo separar de su piel.
Me toma de la mano invitándome a su habitación, la tomo por detrás, la inercia de las caricias le quitan el
escote, el sostén no puede hacer más su trabajo y libera los pezones erectos;
bajo mi mano derecha, busco su sexo, le abro el pantalón, le beso el cuello,
ella se retuerce y resopla, no me intenta detener. Sin atravesar las bragas le
acaricio su sexo, ya comienza a gotear, penetro las bragas, mi dedo medio
explora la entrada de la cavidad húmeda, su sexo es suave, su clítoris cede
ante mis dedos, el pantalón comienza a rendirse dejándose bajar sin dificultad.
Me comienzo a bajar con la lengua pegada a ella, le beso los muslos, ella sigue
de pie, lamo su entre-pierna, la voy abriendo poco a poco, se recarga en la
pared, dejando todo su mojado y rosado sexo a mi merced. Le abro sus labios con
los pulgares, se los froto, adhiero mi lengua a su clítoris, alzo su pierna y
la pongo en mi hombro para poder abrir más su sexo y que mi lengua entre más.
Chupo su clítoris, ella gime suavemente, está mirando el techo, no quiere que
me detenga. La tengo en mi boca, mi mano le acaricia el muslo, la otra las
nalgas hasta que encuentro la pequeña ranurita, se la acaricio sin penetrar,
ella no se resiste a nada. Me pide que vayamos a la cama, se recuesta, yo
jadeante regreso a su boca, la beso, le tomo el pecho, le lamo los pezones, no
dejo de acariciarla, penetro su existencia, entro en ella, me muevo lentamente,
ella esta rendida y cedida a mis deseos. Me ve a los ojos, ambos disfrutamos,
cambiamos, ella se posa sobre mí, mis manos se pegan a su pecho, sus manos
están sobre las mías, acelera el paso, estamos por derretirnos… ah…mh…mh…ah… silencio…
los dos llegamos al mismo tiempo, un suspiro, en silencio, le agradezco el
placer que me ha dejado. Estamos recostados, no dejo de acariciarla, de
besarla, no me quiero separar de ella. Me acompaña a la puerta, nos besamos por
última vez, le digo que la fidelidad es un estado mental…
El
tiempo se sucede cayendo como las gotas de mi masturbación, pienso en ella una
vez más, no he hablado con ella y se ha vuelto un candente-tormentoso recuerdo.
Salgo por cervezas, quiero perder la coherencia. Ella me habla en un día raro,
dice que me espera recostada y desnuda en su cama, quiere jugar de nuevo…
quiere invitarme a comer una vez más. Es mi suerte o es mi borrachera muy
intensa… o será que nos necesitamos… la existencia ha dejado de ser fría en sus
brazos, en su pecho… Rose puede sacarme de mi decadencia.
Por: Mr. Green.