Los ojos se hunden y pierden en el fondo de la taza de café negro; negro como la profundidad de la noche. El café sabe a silencio; silencio que vaga dentro y fuera de la casa. La mirada anda perdida alrededor. Perdido pasea el humo del cigarrillo; cigarrillo que se consume más rápido que la vida. Vida que me observa con los ojos del café negro. Negro sin ojos es el manto nocturno; nocturno es el silencio que se esconde en los ojos de los lobos
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