Di un par de vueltas en la cama, el oxigeno
aun entraba y salía de mi; di una vuelta más y me embarre de vomito, estaba
sumergido entre la resaca y el vomito. Fue entonces cuando abri la ventana, necesitaba aire. Fue entonces cuando vi al mundo que comenzaba a convertirse en una
deforme esfera de vómito… el vomitoide comenzó a reír, las partículas mal masticadas
hablaban en idiomas humanos y reían vomitando más, haciendo crecer más y más
al vomito, despedía el hedor de las entrañas de todos los humanos que estaban
vomitando al mismo tiempo. Todo era una varágine, los fluidos de todos brotaban dándole vida a eso.
Crecía el vómito con todo lo que arrojaban a sus
viscosos pies, se volvía más fuerte el hedor que despedía . Era un gigante
hecho de vomito y juntaba el vomito de toda la humanidad para hacerse aun más
grande. Las partículas sólidas mal masticadas caminaban para fusionarse con
gigantesco humano de vomito. Una vez fusionado y lo suficientemente grande
comenzó a caminar, tomando uno a uno a los humanos que estaba a su alcance para
devorarlos y posteriormente vomitarlos; eran humanos mal masticados hechos una
amorfa masa de hueso-carne-sangre que se adherían al gigante y así lo hizo por
varias horas, devorando a millones de humanos. Ya era demasiado enorme que no
podía albergar más vomito que se desparramaban en grandes cascadas del pegajoso residuo.
Dejaba huellas de sus viscosos pasos y al voltear se percato de mi
presencia, trato de alcanzarme, así que corrí pero resbalaba con los restos viscosos esparcido por el suelo; no
podía refugiarme en las estaciones del metro, donde seguro no entraría por
temor a resbalar en las escaleras, pero había balaceras en su interior y era
una mala idea de refugio, muchos se metían a los tuneles, todo era un caos. El vómito que estaba pegado a mis zapatos comenzó a
escalar por mis piernas atrayendo más vomito del que estaba esparcido sobre el
suelo para que se comenzara adherir a mi, yo estaba atado de baba, residuos, flemas y bulimia. Mi rostro se había desaparecido entre tanta viscosidad; me estaba convirtiendo
en un fragmento más de ese gran ser hecho de vomito, mi cuerpo se comenzaba a sentir espeso, ahora
era parte del espeso gigante, solamente podía devorar humanos y acariciar
moscas…comencé a caminar dentro de el, comence esparcir ahora mi esencia viscosa en las calles de la ciudad.
Le disparaban mísiles, pero solo los absorbía en su inmenso abdomen, explotaban dentro del ser y salían como flatulencias, nada lo detenía, los perros comenzaron a seguirlo para lamerlo. La gente continuaba huyendo, pero no había ya refugio ya que se desprendían trozos del monstruo que entraban a cualquier intento de refugio, se adherian en las personas succionandolos para luego vomitarlos haciendo más y más grande al vomitoide. Era demasiado grande que desde cualquier parte del mundo se podía ver. Los trozos de excremento comenzaron a unirse a su cuerpo, le daba mas fuerza, las eternas aguas negras se rindieron ante el gigante.
Desperté con vomito a mi alrededor, di un salto, entonces pensé que el vomitoide me había liberado, quise entonces remojarme la cara, cuando me asome la or la ventana vi al mundo sumergido en vómito, todos ahora vivíamos en un mundo hecho de regurgitación, encerrados entre babas y flemas. Quedamos artrapados en la bulimia de la humanidad.