Laura llegó extenuada de su trabajo, quería solamente recostarse un rato, beber café y ver las noticias o algo que la distrajera de la rutina. Era apenas martes. Entro en su departamento, puso la cafetera, se puso su ropa para dormir, se sirvió su café y se recostó en el sofá.
Cambiaba los canales de su televisión, no había alguno que le interesara, se estaba quedando dormida, cuando unos pequeños rasguños en la ventana la hicieron levantarse, se trataba de su gata, una gata blanca que había adoptado hace algunos días. la gata entró se estiro fue a comer. Regreso a la sala, comenzó a lamer sus patas, esta satisfecha la regordeta felina, de un salto se puso en el vientre de Laura. La comenzó a acariciar, la gatita camino hasta echarse cerca de su pecho.
Pasaron algunos minutos, fue entonces cuando le noto algunas manchas negras en el pelaje blanco, se quedo viendo a su mascota y le dijo: Estas sucia, pareces una bruja. ¿Acaso eres una bruja? La gata se sentó la vio fijamente a los ojos, ninguna de las dos dio un parpadeo cuando la gata le dijo: No soy una bruja, pero las he visto.
Di un par de vueltas en la cama, el oxigeno
aun entraba y salía de mi; di una vuelta más y me embarre de vomito, estaba
sumergido entre la resaca y el vomito. Fue entonces cuando abri la ventana, necesitaba aire. Fue entonces cuando vi al mundo que comenzaba a convertirse en una
deforme esfera de vómito… el vomitoide comenzó a reír, las partículas mal masticadas
hablaban en idiomas humanos y reían vomitando más, haciendo crecer más y más
al vomito, despedía el hedor de las entrañas de todos los humanos que estaban
vomitando al mismo tiempo. Todo era una varágine, los fluidos de todos brotaban dándole vida a eso.
Crecía el vómito con todo lo que arrojaban a sus
viscosos pies, se volvía más fuerte el hedor que despedía . Era un gigante
hecho de vomito y juntaba el vomito de toda la humanidad para hacerse aun más
grande. Las partículas sólidas mal masticadas caminaban para fusionarse con
gigantesco humano de vomito. Una vez fusionado y lo suficientemente grande
comenzó a caminar, tomando uno a uno a los humanos que estaba a su alcance para
devorarlos y posteriormente vomitarlos; eran humanos mal masticados hechos una
amorfa masa de hueso-carne-sangre que se adherían al gigante y así lo hizo por
varias horas, devorando a millones de humanos. Ya era demasiado enorme que no
podía albergar más vomito que se desparramaban en grandes cascadas del pegajoso residuo.
Dejaba huellas de sus viscosos pasos y al voltear se percato de mi
presencia, trato de alcanzarme, así que corrí pero resbalabacon los restos viscosos esparcido por el suelo; no
podía refugiarme en las estaciones del metro, donde seguro no entraría por
temor a resbalar en las escaleras, pero había balaceras en su interior y era
una mala idea de refugio, muchos se metían a los tuneles, todo era un caos. El vómito que estaba pegado a mis zapatos comenzó a
escalar por mis piernas atrayendo más vomito del que estaba esparcido sobre el
suelo para que se comenzara adherir a mi, yo estaba atado de baba, residuos, flemas y bulimia. Mi rostro se había desaparecido entre tanta viscosidad; me estaba convirtiendo
en un fragmento más de ese gran ser hecho de vomito, mi cuerpo se comenzaba a sentir espeso, ahora
era parte del espeso gigante, solamente podía devorar humanos y acariciar
moscas…comencé a caminar dentro de el, comence esparcir ahora mi esencia viscosa en las calles de la ciudad.
Le disparaban mísiles, pero solo los absorbía en su inmenso abdomen, explotaban dentro del ser y salían como flatulencias, nada lo detenía, los perros comenzaron a seguirlo para lamerlo. La gente continuaba huyendo, pero no había ya refugio ya que se desprendían trozos del monstruo que entraban a cualquier intento de refugio, se adherian en las personas succionandolos para luego vomitarlos haciendo más y más grande al vomitoide. Era demasiado grande que desde cualquier parte del mundo se podía ver. Los trozos de excremento comenzaron a unirse a su cuerpo, le daba mas fuerza, las eternas aguas negras se rindieron ante el gigante.
Desperté con vomito a mi alrededor, di un salto, entonces pensé que el vomitoide me había liberado, quise entonces remojarme la cara, cuando me asome la or la ventana vi al mundo sumergido en vómito, todos ahora vivíamos en un mundo hecho de regurgitación, encerrados entre babas y flemas. Quedamos artrapados en la bulimia de la humanidad.
Recuerdo que hace algunos ayeres, mis amigos Gaby e Iskander me invitaron a la
inauguración de su boutique darki, Nocturnal
Nosferatu. Una tienda mamona para darkis mamones. Se puso bueno, hubo
performances, colectivos del D.F. Una celebración donde el lugar estaba lleno
de entes oscuros, gabardinas, encajes, corsets y vinil. Entonces llegué con mi
pantalón de pana cafe, tenis, rompe vientos blanco, una gorra y en la gorra un
botón de los Fabulosos Cadillacs.
Había gente afuera cuando llegue, me metí, había un performance en ese momento. Por cierto
no lo entendí, pero por la cara de los espectadores supongo estuvo chido. Logre
subir las escaleras, fue cuestión de minutos para que el corte del listón se
diera, el encargado del corte era ni más ni menos que Javier Corcobado,
desconocido para mi, hasta la fecha. Todos emocionados con el padrino, aplausos
y el rímel no se le corría a los oscuros.
Ya después del protocolo se repartió vino y queso.
Los vampiros bebiendo vino con esa pose de gente de mundo. Todos acosando al
padrino de la inauguración, Javier una foto, oye Javier esa canción esta muy
chida, Javier un saludo para radio buap. Cosas así, yo sentado cerca de la
barra viendo el espectáculo con una chela en la mano. Después de unos minutos
llego Corcobado y se sentó a mi lado, me sonrió, salud me dijo. Yo le respondí
con la camaradería del borracho, bebía una copa de vino, se le hizo raro que yo
tomara una cerveza, sintió confort ya que no lo acose, ni autógrafo le pedí, no
le pregunte de su música, intercambiamos un par de palabras, nada que
significara algo. Me levanté le dije nos vemos y me fui a beber a un lugar más
a gusto, sentí su mirada que me decía: llévame contigo. Me senté en un lugar
más cómodo, sin tanta oscuridad; pedí una jarra estaba el Comisario. En la mesa
de a lado había unos darkis extasiados. Javier Corcobado me estrecho mi mano y
me firmo mi disco, yo me tomé una foto con él, dijo la vampira. Ahorita
regresamos a platicar con él, concluyeron. Esbocé una sonrisa, y me dije ¿quién
diablos es Javier Corcobado?
Aterrizó su nave, le puso doble seguro, en la tierra lo único seguro es que te roben, pensó. Camino, no le gusto el espectáculo que la humanidad le brindaba, así que antes de regresar a su planeta y pasar el reporte fue a beber algo fuerte y ver mujeres desnudas. Ese es un vicio espacial. Cuando decidió irse se dio cuenta que le habían robado su cartera de piel venusina. Subió a su nave y dijo antes de arrancar: A la chingada con los humanos... Una devastación nuclear siguió a su partida. No había pasado cerca de Urano cuando vio que lo habían infraccionado por estacionarse en doble fila...