lunes, 4 de junio de 2012

El Pudin


El pudín


La cocina de la vieja casa siempre despedía ese delicioso humillo, que invitaba a los vecinos a probar un irresistible pedazo del pudín. La tele al fondo prendida como adorno, mientras Clara preparaba sus pudines para su venta diaria. En lo que las noticias informaban sobre los catorce niños desaparecidos.

Siempre preparaba alrededor de trece pudines que vendía en las tiendas de su colonia, el último siempre lo llevaba a repartir a los niños del  jardín de niños y las primarias.

Llegaba a su casa donde sus seis gatos la esperaban, a veces invitaba a los niños a jugar a su jardín, mientras cocinaba postres para ellos. Misteriosamente los pudines los preparaba en las noches, su cocina estaba adornada con cuchillos filosos de muchos tamaños.

La tele informaba que el niño numero quince había desaparecido. Sus gatos degustaban un picadillo especial para ellos mientras Clara preparaba sus pudines. Cuando de repente a su puerta llamaba un policía; quería preguntarle acerca de los niños, ya que uno de los que desapareció había jugado en su jardín unas horas antes. Clara le invito a pasar invitándole una rebanada de pudín. Respondiendo  no saber nada acerca del caso.

Clara entonces comenzó hablar con el policía, diciendo: << estos pudines son sabrosos por ese ultimo polvo que me lleva tiempo preparar, pero esta a punto de terminarse. Detrás de aquella puerta se encuentra el secreto de mi pudín.>> El indiscreto agente seducido por esas palabras acerco sus manos para abrir la puerta; cuando de repente sin ver por donde un gran cuchillo le cortaba la mano y los ríos de sangre brotaban de las venas, caían por todas partes.

Cuando el policía despertó de su desmayo, se encontraba atado a una silla completamente desnudo, mientras que en la mesa el cuerpo del último niño desaparecido estaba totalmente destazado, uno de sus gatos bebía de la sangre que caía al suelo.

Con sus delantales puestos Clara evitaba ensuciarse, con una sonrisa le dijo al pobre individuo: << mi pudín necesita el polvo de los tiernos huesos de los niños; tienen que reposar un par de semanas para secarse, a los niños los encierro tres días para que adelgacen y sea fácil destazarlos. Los escojo poco a poco, con su carne y sangre alimento a mis gatos; pero en esta ocasión los pudines del mes próximo tendrán el polvo de los huesos de un policía>> A punto de un paro cardiaco se encontraba el sujeto, cuando de repente de atrás de está salio la pareja del oficial, dándole dos tiros en la cabeza, Clara cayó muerta al instante o eso parecía, mientras una sonrisa emanaba de sus muertos labios.

Desde ese entonces en la colonia ya no se saborean esos deliciosos pudines de huesos de niño que deliciosos eran, que además gustaban a sus propios padres.

Por: Mr. Green.