El
pudín
La cocina de la vieja casa siempre despedía ese
delicioso humillo, que invitaba a los vecinos a probar un irresistible pedazo del
pudín. La tele al fondo prendida como adorno, mientras Clara preparaba sus
pudines para su venta diaria. En lo que las noticias informaban sobre los
catorce niños desaparecidos.
Siempre preparaba alrededor de trece pudines que
vendía en las tiendas de su colonia, el último siempre lo llevaba a repartir a
los niños del jardín de niños y las
primarias.
Llegaba a su casa donde sus seis gatos la esperaban,
a veces invitaba a los niños a jugar a su jardín, mientras cocinaba postres
para ellos. Misteriosamente los pudines los preparaba en las noches, su cocina
estaba adornada con cuchillos filosos de muchos tamaños.
La tele informaba que el niño numero quince había
desaparecido. Sus gatos degustaban un picadillo especial para ellos mientras
Clara preparaba sus pudines. Cuando de repente a su puerta llamaba un policía; quería
preguntarle acerca de los niños, ya que uno de los que desapareció había jugado
en su jardín unas horas antes. Clara le invito a pasar invitándole una rebanada
de pudín. Respondiendo no saber nada
acerca del caso.
Clara entonces comenzó hablar con el policía,
diciendo: << estos pudines son
sabrosos por ese ultimo polvo que me lleva tiempo preparar, pero esta a punto
de terminarse. Detrás de aquella puerta se encuentra el secreto de mi pudín.>>
El indiscreto agente seducido por esas palabras acerco sus manos para abrir la
puerta; cuando de repente sin ver por donde un gran cuchillo le cortaba la mano
y los ríos de sangre brotaban de las venas, caían por todas partes.
Cuando el policía despertó de su desmayo, se
encontraba atado a una silla completamente desnudo, mientras que en la mesa el
cuerpo del último niño desaparecido estaba totalmente destazado, uno de sus
gatos bebía de la sangre que caía al suelo.
Con sus delantales puestos Clara evitaba ensuciarse,
con una sonrisa le dijo al pobre individuo: <<
mi pudín necesita el polvo de los tiernos huesos de los niños; tienen que
reposar un par de semanas para secarse, a los niños los encierro tres días para
que adelgacen y sea fácil destazarlos. Los escojo poco a poco, con su carne y sangre
alimento a mis gatos; pero en esta ocasión los pudines del mes próximo tendrán
el polvo de los huesos de un policía>> A punto de un paro cardiaco se
encontraba el sujeto, cuando de repente de atrás de está salio la pareja del
oficial, dándole dos tiros en la cabeza, Clara cayó muerta al instante o eso
parecía, mientras una sonrisa emanaba de sus muertos labios.
Desde ese entonces en la colonia ya no se saborean
esos deliciosos pudines de huesos de niño que deliciosos eran, que además gustaban
a sus propios padres.
Por: Mr. Green.